Emprender en América Latina: la oportunidad que cambió mi vida como empresario e inversionista Luego de haber establecido una empresa tecnológica en China una oportunidad surgió en América Latina. La tomé y se convirtió en la mejor decisión de mi vida.

Si hay algo que tengo claro más de diez años después de haber aterrizado en América Latina, es que probablemente no hubiera desarrollado mi perfil como emprendedor serial, inversionista y filántropo de no haber conocido en aquel momento el grandioso talento que siempre ha tenido la región y el esfuerzo que estaban haciendo algunos territorios para impulsar la economía a través del emprendimiento.

La tecnología era todo lo que necesitaba para soñar con un mejor futuro. Al menos así lo entendí cuando en mi adolescencia mi padre me regaló una computadora de $50 dólares, un equipo que, a pesar de no tener ser el más poderoso en su momento, me inspiró a aprender y conocer todo el potencial de un nuevo mundo.

Así que el viaje comenzó. Luego de años de aprendizaje, en el año 2005 fundé mi primera compañía llamada Yuxi Pacific, una empresa que establecí en Filadelphia, a través de la cual brindaba principalmente productos digitales para la industria editorial.

América Latina: el llamado que cambió mi vida

La compañía marchaba bien. Con los años había logrado ampliar el equipo a unas 15 personas y teníamos una sede en China, algo que nos brindaba algunas ventajas, pero al mismo tiempo era bastante agotador y costoso para un emprendedor que debía moverse entre América y Asia.

Sin esperarlo, en 2010 me presentaron una oportunidad para conocer una iniciativa local en Medellín, Colombia, a través de la cual la Alcaldía buscaba expertos, inversionistas y emprendedores para desarrollar un ecosistema de empresas de tecnología en la ciudad. Ese mismo año llegué a la ciudad, conocí el proyecto y descubrí que era un lugar con mucho talento —desde trabajadores y emprendedores hasta empresarios prominentes— y luego de esto la historia de mi vida cambió por completo.

Vendí todo y migré a Colombia en 2011 tras llevarme muy buenas impresiones del prometedor proyecto que se estaba forjando en Medellín para impulsar startups y su visión de establecer un ecosistema de emprendimiento de talla internacional. Estaba decidido, sabía que era más sencillo estar cerca de mi país natal (Estados Unidos) y me sería más fácil operar y desarrollar mis negocios entre EE.UU. y Colombia en comparación con China. Las cosas eran prometedoras, pero debo decir que me sorprendió lo rápido que mi compañía creció y cómo mi carrera se impulsó aún más desde mi llegada a Colombia.

Tras crear una oficina en Medellín, mi empresa Yuxi Pacific fue una de las primeras en ser incubadas por Ruta N —el programa local que había creado la Alcaldía—, creció rápidamente desde que comenzó a operar en la ciudad y pasó de tener un poco más de diez empleados a emplear alrededor de 100 personas hasta que en 2013 fue adquirida por Blue Loop Capital, un fondo de capital privado que invertía en empresas tecnológicas prometedoras.

Después de vender la empresa creé Lex Paradigm (XQuire), que también fue vendida en 2014. Para ese entonces ya Colombia se estaba poniendo en el ojo del mundo como un centro de desarrollo tecnológico global, ganando reconocimiento como un lugar con talento tecnológico y potencial para el desarrollo de productos de talla internacional.

Mi último éxito es Oiga Technologies, una empresa con sede en Colombia que fundé en 2017, enfocándose en la inteligencia artificial (IA). Fue lanzada en un momento perfecto, ya que Colombia se había convertido en uno de los primeros adoptantes de la tecnología de IA. Pioneros como Andrew Ng se sintieron atraídos por Colombia al inicio de la revolución de la IA.

Desde nuestra plataforma, brindamos a clientes de todo el mundo soluciones de alta tecnología que incluyen inteligencia artificial, machine learning, big data y blockchain. Este enfoque estratégico permitió aprovechar la rica reserva de talento colombiana, compuesta por científicos de datos y especialistas en IA. Este tipo de especialistas, escasos en otras partes del mundo, son comunes aquí.

La compañía fue adquirida hace unas semanas por 10Pearls con el objetivo de potenciar sus capacidades en tecnologías emergentes.

Una retribución necesaria

Venir a Colombia fue lo mejor que me pasó en la vida. Por eso siempre estoy pensando en retribuir a la sociedad todo eso que el país me ha dado.

Hoy, más de una década después de haber llegado a Colombia, tengo una familia y puedo decir que vivo feliz en una de las regiones más hermosas del mundo. Sin embargo, no es ningún secreto que en América Latina muchas personas no cuentan con las oportunidades en educación para abrir la puerta de un buen futuro.

Agradezco porque mi carrera como empresario exitoso e inversionista fue impulsada en el país, por lo que, además de generar empleos dignos, hace años he tomado la iniciativa de realizar diversas labores sociales y he fundado varios otros grupos sin fines de lucro en Colombia que apoyan la educación de la primera infancia, ya sea mediante la donación de tecnología, instalando computadoras en comunidades desfavorecidas para que niños y niñas tengan la oportunidad de cambiar su futuro con la tecnología, así como diversas líneas de apoyo para madres solteras sin oportunidades para completar su educación y permitirles soñar con un mejor futuro para ellas y sus hijos.

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