5 lecciones clave de branding personal del debate Harris-Trump El debate presidencial entre Harris y Trump nos ofrece lecciones inesperadas sobre el branding personal. Como emprendedores y líderes de nuestras organizaciones, aprender a construir y gestionar nuestra percepción es fundamental.

Como fundador de una agencia global líder en branding personal para CEOs, siempre estoy en busca de lecciones que podamos aprender de personas públicas. Aunque no sean emprendedores o dueños de negocios, sus experiencias suelen ofrecer aprendizajes que podemos aplicar en nuestro camino hacia el liderazgo.

Como ucraniano-canadiense, no tengo afiliación en torno a la política estadounidense. Sin embargo, presencié fascinado el reciente debate presidencial a través de la lente del branding personal, y en este artículo compartiré mis observaciones.

Los debates en Estados Unidos se llevan a cabo en lo que podría considerarse, sin duda, el escenario más grande del mundo, con las apuestas más altas. Aunque todos estemos lejos del mundo de la política, como líderes que trabajamos en construir nuestras propias marcas de liderazgo, podemos aprender lecciones increíbles al observar a los candidatos presidenciales.

La claridad es uno de los elementos fundamentales para construir una marca. Antes de exponernos al público, debemos de tener una comprensión clara del POR QUÉ estamos construyendo nuestra marca (es decir, nuestros objetivos), identificar claramente nuestras fortalezas únicas, definir con precisión nuestro público objetivo y articular claramente el mensaje que deseamos comunicar. Además, debemos planificar antes de cualquier aparición pública y estar preparados para la posible crítica que nuestra visibilidad pueda atraer.

Analicémoslo con más profundidad.

Conforme empiezas a construir tu marca personal como líder de tu organización, debes:

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1. Tener claridad en tus objetivos

¿Por qué estás en el escenario (virtual o físico)? ¿Por qué estás escribiendo un artículo? ¿Por qué aceptas una entrevista en un pódcast?

Los objetivos de Harris eran claros. Ella vino a disipar la imagen de ser poco elocuente, incómoda en el escenario y de reírse fuera de lugar. Es evidente que se preparó exhaustivamente para disipar esa imagen. Ensayó claramente no solo sus puntos de discusión, sino también su lenguaje corporal (desde su posicionamiento físico durante los comentarios de Trump, hasta sonreír y decir "eso no es cierto"). ¿Cómo sabemos que actuó con intención y preparación? Por la gran cantidad de repeticiones que todos observamos.

La lección: No te limites a "ir con la corriente". Al desarrollar tu marca personal como líder, hazlo con propósito y metas definidas.

2. Sé claro sobre tus fortalezas y utilízalas

Esto sucede cuando sentimos que una persona está, o no, alineada con su esencia. ¿Para ti, cómo se ve y se siente estar en sintonía contigo mismo? Esto se aplicará a todos los escenarios: desde la reunión de la mañana, hasta el retiro estratégico de liderazgo o la conferencia en la que puedas estar presentando.

La innegable fortaleza de Trump está en sus comentarios espontáneos. Los pocos momentos virales del debate son testimonio de ello. Harris, por otro lado, tropieza y tartamudea cuando se desvía del guion, y la vimos caer un par de veces en las provocaciones de Trump.

La lección: No observes el estilo de otra persona e intentes emularlo. En su lugar, ten muy claras tus fortalezas y úsalas, incluso si tu estilo genera críticas.

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3. Crea una narrativa

Vivimos en una era en la que, para bien o para mal, las palabras importan más que las acciones. Tras el debate, muchas personas preguntaban en X por qué no se verificaban los hechos mencionados por los candidatos. Aunque en cierta forma se hizo y se sigue haciendo después del debate, la verdad es esta: si alguien dice algo, suele creerse que es así.

Harris parece haber llegado al debate con el objetivo de pintar a Trump como errático, peligroso y fuera de control. Se enfocó mucho en su narrativa para asegurar que la retórica de Trump coincidiera con su historia. En muchos sentidos, esto convierte lo que debería ser un debate basado en hechos, en un juego de ping-pong verbal, pero aquí también hay una lección para nosotros.

La lección: Si vas a construir una marca personal como líder, debes convertirte en un buen narrador de historias. Las historias son memorables, crean emociones y generan afinidad.

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4. Define a tu audiencia

Tu audiencia estará estrechamente vinculada a tus objetivos, por lo que la primera lección sigue siendo crucial. Si tu objetivo como líder es atraer talento de mayor calibre a la organización, entonces esta es una audiencia muy diferente a la de un líder que busca asegurar más trabajo en juntas directivas, por ejemplo.

Una vez más, Harris llegó al debate con más claridad e intención. Evidentemente lanzó una red amplia y lo dejó claro al referirse continuamente a los estadounidenses de clase media como "todos los estadounidenses". Trump no logró dirigirse a la audiencia, y no quedó claro si su objetivo era enfocarse en su base de seguidores existente o dirigirse a una audiencia más amplia con la esperanza de persuadir a los votantes indecisos.

La enseñanza: Entender bien a la audiencia permite una mayor claridad en los puntos principales de la conversación. Define la tuya antes de comenzar a crear cualquier contenido, ya sea una publicación en LinkedIn o una conferencia en un gran escenario.

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5. Aprende a manejar la crítica

Mientras más visibilidad tengas, más críticas puedes esperar recibir. Realmente no es una cuestión de "si", sino más bien una cuestión de "cuánto". Todos estamos sujetos al deseo ilimitado de los guerreros del teclado de criticar y mostrar superioridad moral, pero cómo reaccionamos es lo que afecta cómo nos perciben los demás.

La noche del debate, Trump cometió un error crucial. Una y otra vez, cayó en las provocaciones de Harri. En lugar de tener claridad en sus objetivos y desarrollar su propia narrativa, comenzó a responder sobre el número de personas en sus mítines, líderes mundiales burlándose de él y otros comentarios desconectados. En lugar de mantenerse sereno, calmado y compuesto, empezó a divagar sin parar. Tal vez te sientas identificado: muchos de nosotros hemos caído en provocaciones al menos una o dos veces en las redes sociales. Lo que comienza como un comentario desagradable de un extraño puede llevarnos rápidamente a perder la compostura y a no mostrar nuestra mejor versión.

La lección: Prepárate para las críticas. Ten una respuesta lista y apégate a ella, sin importar cuán difícil sea que alguien trate de desviarte.

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Al final, la lección clave para todos nosotros es que la intención importa. He visto a muchos líderes dejarse llevar cuando construyen su marca de liderazgo y luego se sienten decepcionados porque no obtienen los resultados que esperaban. Aquí es donde una estrategia basada en la claridad marca una diferencia clave. ¡Primero claridad, luego ejecución y consistencia para ganar!