No te dejes llevar por la ira cuando estés estresado. He aquí 4 consejos sobre cómo mantener la calma Aprende a transformar tu ira en emociones más fructíferas para que tu experiencia de liderazgo no se vea afectada.
Por Ivan Popov Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
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Todos los dueños de negocios se sienten identificados con esto, una vez que arrancamos nuestras empresas, una gran cantidad de emociones comienzan a brotar y ocasionalmente nos desequilibran. Puede ser emoción, preocupación, miedo o la voluntad de reaccionar a un ritmo más rápido, de hecho, es un mundo lleno de situaciones y sentimientos inesperados. A veces, cuando ocupamos una posición de liderazgo, la ira puede convertirse en una emoción frecuente que debemos enfrentar.
Ser líder no es fácil. Por un lado, debemos considerar cuidadosamente cómo gestionar a nuestro equipo; por otro lado, también debemos prestar especial atención a los clientes, los proyectos y asegurarnos de que todo vaya según lo planeado. Pero las cosas no siempre fluyen, una vez que surgen obstáculos y problemas, es bastante natural que la mayoría de las personas dejen que la ira los consuma. Pero ¿es ese realmente el mejor enfoque de liderazgo que uno podría tener?
He aquí cuatro estrategias útiles que pueden ayudar a cualquier persona que dirige un negocio y / o lidera un equipo a canalizar mejor su ira y transformarla en una emoción y un comportamiento de gestión positivo.
No evites tus emociones
El tema de expresar emociones en el liderazgo siempre me ha parecido bastante interesante. Por un lado, podrían ser perjudiciales para el éxito de la gestión; por otro, la falta total de estas podría conducir a otros problemas y evitar que el líder construya relaciones saludables y fuertes con sus compañeros.
Tener un buen nivel de habilidades blandas es muy importante para un liderazgo exitoso. Los gerentes empáticos, comprensivos y solidarios que son excelentes en la comunicación y reconocen las necesidades y emociones de las personas son quizás la definición misma de alguien destinado a liderar.
Sin embargo, las emociones intensas que a menudo forman parte del espectro negativo (como la ira) nos desequilibran y, por lo tanto, despiertan fuertes respuestas emocionales, y eso es algo que los líderes quieren evitar, ya que el equilibrio es la máxima virtud cuando se trata de la gestión de personas. Gritar, ser grosero y dejar que la ira te gane es quizás el peor comportamiento que uno podría mostrar, especialmente cuando tu trabajo te involucra con otras personas (y con sus emociones).
Dado que los espacios de trabajo dinámicos y las corporaciones son un gran ejemplo de competitividad, presión y obstáculos que siempre se presentan, nadie es realmente inmune a la ira y a la frustración. Por eso pensé que sería útil compartir formas y pautas que podrían ayudar a los líderes a identificar la ira, hacer todo lo posible para transformarla y expresarla de una manera más saludable. Veamos cómo.
1. Conócete a ti mismo
A menudo, dejamos que una emoción nos consuma solo porque no somos plenamente conscientes de su existencia y carecemos de información sobre la verdadera razón de la emoción.
Por ejemplo, un cliente que presenta una queja sobre cómo va el proyecto puede hacernos enojar en una fracción de segundo, pero si investigamos un poco, podríamos darnos cuenta de que el sentimiento real detrás de esta frustración es el miedo al fracaso. Una vez que nos volvemos más conscientes de nosotros mismos, podemos darnos la oportunidad de hacer un alto y explorar a fondo el origen de la emoción. Entonces podemos ver las cosas desde una perspectiva diferente y, en última instancia, cambiar toda nuestra reacción ante la situación.
2. Date tiempo y no te apresures
Cualquiera que sea el inconveniente que haya surgido, reaccionar de manera inmediata es quizás lo peor que podríamos hacer. En lugar de esto, date un momento y aléjate de la situación: ve a un lugar tranquilo y reconsidera tu reacción explorando tus propios sentimientos. A medida que pasa el tiempo, nos relajamos y le damos a nuestro cerebro la oportunidad de identificar mejores soluciones, decisiones y enfoques para solucionar el problema.
3. Comunícate, comunícate, comunícate
Si un empleado no ha cumplido con sus objetivos, intenta entablar una conversación abierta y determinen juntos el origen de su error. Esto le mostrará que te preocupas y buscas soluciones, en lugar de convertirte en el jefe que grita e intimida a sus empleados. La comunicación adecuada es tu arma más fuerte: úsala y construye relaciones sólidas con tu equipo.
4. Intenta aprender de la experiencia
Cuando sientas que la ira está a punto de rebasarte, intenta preguntarte qué es lo que esta situación o problema está tratando de enseñarte. Ver todo como una oportunidad para aprender y crecer personal o profesionalmente es una gran estrategia para transformar la ira en una increíble experiencia de aprendizaje que convertirá a cualquiera en un líder exitoso de alto nivel.
¿Alguna vez te has sentido furioso al gestionar personas o proyectos? ¿Cuáles son algunos de tus mecanismos para afrontar situaciones complejas? Aprender a controlar nuestras emociones disruptivas es, de hecho, un signo de madurez y profesionalismo, dos cualidades que van de la mano con la propiedad y el desarrollo excepcional del negocio.