¿Estás pensando como un fundador? 4 principios que todo equipo exitoso debe seguir Comenzar un negocio no es solo lanzar productos, sino construir un equipo motivado y desarrollar una mentalidad que te impulse a seguir adelante. Aquí tienes cuatro principios para ayudar a los fundadores y sus equipos a crecer y triunfar, sin importar los desafíos.

Comenzar un negocio es una aventura salvaje, ¿verdad? Como fundadores, no solo lanzamos productos; construimos sueños desde cero. Y, seamos honestos: este viaje viene acompañado de su propio conjunto de desafíos.

¿Es suficientemente grande nuestro mercado objetivo dispuesto a pagar? ¿Estará listo nuestro MVP a tiempo? ¿Cómo demostramos nuestra credibilidad ante clientes e inversionistas? ¿Cómo protegemos nuestra propiedad intelectual?

Todo fundador espera que la lista de preguntas disminuya cada día, pero la realidad suele ser muy diferente. Mientras más avanzas, más responsabilidades recaen sobre tus hombros, y comprendes verdaderamente el valor de tener a las personas correctas y la mentalidad adecuada en tu negocio.

Con el equipo y la actitud correctos, puedes superar cualquier obstáculo que se presente. En este artículo, quiero compartir mis observaciones sobre lo que constituye una gran mentalidad en una startup, para que puedas identificar a las personas adecuadas al contratar o apoyar a los que ya están en tu equipo a seguir desarrollándose.

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1. Elige lo que no es obvio

A veces seguimos creyendo en ideas antiguas. Nos impresionan los años de experiencia, las habilidades técnicas profundas o los currículos brillantes, en lugar de enfocarnos en los rasgos que construirán el equipo y le darán la capacidad de darle vida a la idea. El equipo debe sentirse tan comprometido con el proyecto que lo perciba como propio, desarrollando un sentido de pertenencia y compromiso.

Entonces, ¿qué deberían priorizar las startups? Usualmente recomiendo a los equipos fundadores enfocarse en estos tres principios simples:

• Elegir la motivación por encima de la experiencia.
• Elegir las habilidades blandas por encima de las habilidades técnicas.
• Elegir la honestidad por encima de los años de trayectoria.

2. ¿Realmente qué tan buenos somos aprendiendo?

Mi rasgo favorito que distingue a los fundadores exitosos y sus equipos es su valentía para tomar decisiones. No temen actuar, experimentar y asumir riesgos. Prefieren lamentar haber hecho algo que perder una oportunidad.

Esto es lo que respeto, pero lo más importante sucede después, si algo sale mal: lo tratan como una experiencia de aprendizaje. Se toman el tiempo para reflexionar con sus equipos, sacar conclusiones y repensar su curso de acción.

Al trabajar con startups, siempre les recuerdo que avancen rápidamente de la idea a la realización. Mientras más ideas pruebes, más rápido aprenderás y más ventaja tendrás sobre la competencia. Ya sea que enfrentes un contratiempo o no, asegúrate de dedicar tiempo a reflexionar sobre tus éxitos y fracasos, grandes o pequeños. Incluso considera bloquear tiempo en tu calendario para este propósito.

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3. Si no estás seguro, simplemente pregunta

A veces veo cómo los fundadores buscan inversión en una etapa equivocada de su desarrollo. Sus ideas son interesantes pero necesitan mejorar: los datos financieros son vagos, la estrategia de entrada al mercado no es clara y los casos de uso no están completamente desarrollados.

En estas situaciones, siempre recomiendo no tener miedo de buscar el mayor asesoramiento posible. Participa en programas de aceleración, únete a incubadoras de negocios y encuentra mentores. Hay muchas personas que realmente disfrutan ayudando a individuos ambiciosos a prosperar.

Lo mejor de esto es que pueden brindarte una opinión objetiva sobre tu proyecto o cualquier parte de él. No estarán sesgados porque simplemente no comparten la misma pasión por tu startup. En cambio, su pasión radica en ayudarte a identificar las limitaciones y posibilidades que podrías pasar por alto.

Así que está bien pedir consejos. No hacerlo te ralentiza.

4. Ama con el corazón, pero mantén la cabeza fría

Esto puede sonar contradictorio, pero un problema bastante común es cuando los fundadores encuentran su idea de negocio y se vuelven demasiado protectores con ella, incluso defensivos.

Es genial tener una idea y actuar sobre ella, pero cuando comienzas un negocio, debes estar seguro no solo de la idea, sino también de su potencial y escalabilidad. No te saltes la etapa crucial de analizar e investigar: volumen de mercado, costo de adquisición de clientes, proyecciones financieras… Si hay un gigante en la industria, tal vez necesites resolver un problema muy específico para un público de nicho en lugar de crear un producto similar que solo se diferencie por una característica (lo cual ni siquiera es una verdadera diferenciación).

A medida que avances en tu desarrollo, mantén una actitud abierta dentro de tu equipo. Enfrentar la realidad, no alejarse de ella, debería ser el mantra de tu equipo. Sigue de cerca lo que los clientes potenciales realmente dicen sobre tu producto, los resultados de las pruebas de tu MVP y cómo está cambiando el mercado. Si no ves demanda, no temas ajustar tu estrategia.

Dejar ir una idea es difícil, pero si no lo haces, podrías perderte la que la gente realmente necesita.