¿Cuál es el rol de las redes eléctricas inteligentes en la transición de Latinoamérica hacia las energías renovables? Las startups de climate tech ya trabajan en un sistema eléctrico más eficiente, innovador y ecológico.
Por Stefano de Marzo Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
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La red eléctrica es uno de los principales obstáculos en la lucha contra el cambio climático en América Latina. ¿A qué me refiero con esta afirmación? A la imperiosa necesidad de contar con redes eléctricas que puedan hacer frente al creciente uso de fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica.
El principal cuello de botella se refiere a la ampliación de la energía renovable para abastecer a la industria, las ciudades y las redes de transporte. Este proceso puede requerir la conexión de centros de alta demanda con regiones de alto potencial de generación de energía renovable. Es decir, se necesita una distribución más eficiente entre las distintas redes.
Según el Foro Económico Mundial, las actuales redes eléctricas están anticuadas y no pueden integrar eficazmente las fuentes de energía renovables, lo que se traduce en bajos niveles de eficiencia. Por citar un ejemplo, la red eléctrica de Estados Unidos tiene una eficiencia aproximada del 40%.
Para resolver este problema, es necesario un nuevo enfoque que optimice la forma en que las nuevas tecnologías interactúan con la red. A medida que la sociedad avance hacia una economía libre de carbono, la red eléctrica tendrá que experimentar una transformación significativa, sobre todo en los sistemas de distribución de baja tensión.
Lluvia verde de millones
El cambio masivo a las energías limpias está disparando la demanda de electricidad no fósil. Pero, como mencionamos anteriormente, nuestras redes eléctricas centenarias no se construyeron para soportar estas nuevas cargas.
Sin embargo, los proyectos de energía eólica y solar, así como la infraestructura de carga a la red, no están siendo implementados con la rapidez que se esperaría. Sólo en Estados Unidos, más de 8,000 proyectos energéticos están paralizados a la espera de permiso para conectarse a las redes eléctricas.
Para hacer frente a la demanda, las redes de todo el mundo necesitan importantes refuerzos. Si se calcula que para lograr la energía neta cero en los próximos 30 años necesitamos invertir $820,000 millones de dólares al año en redes de aquí a 2030, de acuerdo a la AIE, vamos un tanto retrasados.
Por ello es importante hacer énfasis en las inversiones que requiere la transición energética. Hablamos de un aumento significativo del gasto de capital en la red eléctrica para lograr emisiones netas cero en 2050. Se calcula que la inversión necesaria será de $4 billones de dólares anuales de aquí a 2030, y si bien la financiación está llegando, no llega tan rápido como nos gustaría a todos.
La velocidad de aceleración de los proyectos es crucial para el éxito. La infraestructura de red tradicional, incluidas las redes de transmisión y distribución, debe ampliarse en un 60% para 2030 en Estados Unidos, lo que requiere una aceleración alucinante del plazo típico de diez años para los proyectos de capital. Así que no hay que perder el paso.
El momento de Latam
En este contexto, algunos especialistas señalan que América Latina reúne las condiciones adecuadas para convertirse en líder mundial de la transición energética justa debido a una mezcla de factores tecnológicos, económicos, sociales y políticos. La región cuenta con excelentes condiciones para la energía fotovoltaica y eólica, por ejemplo, y en los últimos años se ha acelerado el ritmo de inversión en capacidad de energía renovable.
El potencial de América Latina se refleja en los distintos grados de avance de los países en su transición hacia las energías renovables. Mientras que Chile, México y Brasil han aumentado su producción de energía renovable en más de un 60%, Uruguay y Costa Rica encabezan la clasificación de transición energética. Sin embargo, algunos antiguos países ricos en petróleo, como Venezuela, apenas están empezando a participar en este debate.
El ritmo de este progreso debe acelerarse a medida que aumente la población, lo que se traducirá en un aumento previsto del 48% de la demanda de electricidad de 2020 a 2030. Si no se producen cambios significativos en las combinaciones energéticas y los planes de expansión, será imposible que América Latina y el Caribe alcancen las emisiones netas cero en 2050.
La mejora de la eficiencia energética y la expansión de la electromovilidad en toda la región desempeñarán un papel crucial en el éxito de la transición verde. Los sistemas energéticamente eficientes proporcionan ahorros de electricidad a corto plazo que repercuten en los costes de inversión a largo plazo, y generan menos residuos y menos emisiones.
El paso de los motores convencionales a los vehículos impulsados por baterías es un componente esencial de la transición energética. Sin embargo, la región necesita también inversiones adicionales en infraestructuras, como estaciones de recarga, y una normativa más eficaz para facilitar la expansión de la adopción de vehículos eléctricos.
La innovación toma la red eléctrica
Plexigrid, una startup de climate tech, pretende resolver el problema de las redes eléctricas obsoletas con una tecnología innovadora. Según su CEO, Alberto Méndez Rebollo, nuestras redes eléctricas centenarias no pueden soportar el cambio a energías más limpias. La tecnología de esta startup española podría revolucionar el sector eléctrico creando una red más inteligente, capaz de reaccionar a la demanda en cada momento.
La solución de Plexigrid se basa en crear un gemelo digital en tiempo real de la red eléctrica. En octubre de 2022, la Comisión Europea predijo inversiones de €170,000 millones de euros de aquí a 2030 para digitalizar las redes eléctricas, e identificó los gemelos digitales como parte importante de la solución.
Al mismo tiempo, se está produciendo un importante cambio en la política y la regulación del sector energético para impulsar un sistema eléctrico más innovador, eficiente y ecológico. Estados Unidos está realizando esfuerzos similares en relación con la Ley de Reducción de la Inflación de 2022, su mayor proyecto de ley de transición energética de la historia. Plexigrid acaba de recaudar €4.5 millones de euros en su ronda semilla. Entre los inversores figuran las suecas Polar Structure, Vargas Holding y TheVentureCity.
Startups como ésta podrían ayudar a modernizar la red eléctrica de América Latina, algo crucial en la transición hacia las energías renovables. Para alcanzar este objetivo, serán necesarias importantes inversiones en infraestructuras y soluciones innovadoras. Pero la buena noticia es que al convertirse en un líder mundial en energías renovables, la región también puede adoptar una mayor participación, equidad e inclusión en su economía.
(Sobre el autor: Stefano de Marzo es editor del sitio Novobrief).