Cómo desarrollar la autoconciencia y convertirte en un líder más consciente y efectivo Vamos a explorar los tres horizontes de la autoconciencia.

Como líder senior, la herramienta más efectiva a tu disposición es tu propia autoconciencia. Permíteme repetirlo: como líder senior, la herramienta más efectiva a tu disposición es tu propia autoconciencia. Sostengo esta creencia en parte debido a lo importante que la autoconciencia es para ser más intencional, pero también creo que las otras cualidades del liderazgo efectivo pueden construirse y perfeccionarse a través de una mayor autoconciencia.

Cuando comienzo a trabajar contigo como nuevo cliente de coaching, a menudo estás muy orientado a lo que estás haciendo. Y esto hace sentido: te mides constantemente por tus resultados. Sin embargo, rápidamente descubrimos juntos que quién eres es aún más importante. ¿Quieres mejorar en la delegación? Ve a contracorriente de tu perfeccionismo y tu necesidad de control. ¿Quieres mejorar en la retroalimentación? Ve a contracorriente de tu asertividad o tu deseo de ser apreciado.

Como punto de partida, me gusta explorar lo que llamo los Tres Horizontes de la Autoconciencia. Estos tres horizontes son: las sensaciones que experimentas, las historias que inventas y las estrategias que llevas a cabo para conseguir lo que quieres.

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Las sensaciones que experimentamos

Las sensaciones son lo que percibes en el mundo exterior, como las vistas y los sonidos, y en tu mundo interior, como los sentimientos y las emociones. Es en este mundo interior en donde encuentras la verdadera mina de oro de la autoconciencia. Como adulto, estás acostumbrado a vivir "desde el cuello hacia arriba".

Es decir, eres bueno analizando y evaluando con tu cerebro, pero rara vez te fijas en lo que está sucediendo en tu cuerpo, lo cual es una lástima, porque hay más en tu neurología que solo tu cerebro. Piensas en las emociones como algo que sucede en tu mente, pero imagina cómo se siente el miedo en el estómago, o cómo la ira enrojece tus mejillas, o cómo la tristeza te dificulta la respiración y empaña tus ojos.

Esta es información increíblemente valiosa, datos que pueden alertarte temprano de que algo importante está sucediendo. Como una forma táctica de desarrollar este músculo, te recomiendo que escribas lo que notas, casi como un antropólogo que se estudia a sí mismo. Esta práctica de llevar un diario es un excelente punto de partida para hacer que lo subjetivo se sienta más objetivo. Te invito a mantener el diario cerca, para registrar las cosas en el momento o después de respirar profundamente y reflexionar.

Las historias que inventamos

Las historias son la base de cómo entiendes al mundo. También podríamos llamarlas juicios o creencias. Imagina que te rebasa un automóvil en la carretera. En un instante, puedes sentir un destello de ira. Ahora imagina que te colocas al lado del automóvil y notas que la situación es diferente de lo que esperabas. Tal vez el conductor sea un adolescente, evidentemente nervioso y tratando de concentrarse. Tal vez el conductor sea mayor, pero en el asiento de atrás hay alguien que, al parecer, está herido. En cualquiera de los casos, tus historias sobre la situación se actualizarían en un instante.

Para bien y para mal, tus historias son la base de cómo entiendes al mundo. Son tus pensamientos y te ayudan a explicar cómo es el mundo, cómo es otra persona y cómo eres tú mismo.

Para tener una mayor autoconciencia sobre tus historias, lo mejor es simplemente empezar a escribirlas. Volviendo a lo del diario o cuaderno dedicado, comienza a articular todas las historias que estás inventando, tratando de ser curioso acerca de qué tan verdaderas son. En el ejemplo anterior, una historia podría haber sido: "Esta persona es egoísta", y otra: "Me siento enojado porque me han faltado al respeto".

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Las estrategias que llevas a cabo

Finalmente, tus estrategias son simplemente lo que eliges hacer en el mundo. En un nivel básico, tus estrategias no son simplemente tus acciones, sino cómo tus acciones se conectan para tratar de conseguir lo que quieres. Este tercer horizonte de la autoconciencia es también donde tienes más control.

Creo que no tienes control sobre tus sensaciones; sientes lo que sientes cuando lo sientes. Creo que tienes cierto control sobre tus historias; puedes reescribirlas con el tiempo, pero la mayoría de ellas son tan automáticas y subconscientes que, en el momento, simplemente aparecen. Pero creo que tienes un control del 100% sobre las estrategias que eliges utilizar.

Para tener una comprensión más sólida de tus propias estrategias, comienza a desarrollar un "álbum de éxitos" de tus movimientos habituales. Comienza a escribir lo que notas que haces (por ejemplo, involucrarte con más agresividad o ser pasivo) y pregunta tantas veces como sea necesario por qué lo estás haciendo para comprender realmente cuál es tu estrategia. Nuevamente, el beneficio aquí proviene de hacer un esfuerzo deliberado para practicar la escritura y entender cómo operas en los tres distintos horizontes.

Uniéndolo todo

Aquí hay un ejemplo sencillo de un cliente; llamémosla Shruti. Shruti y uno de sus subordinados directos, a quien llamaremos John, discreparon sobre el estilo de formato de un documento que tenían que enviar al CEO de la empresa. En ese momento, Shruti notó que su sensación principal era la frustración, y su historia principal era que John no la respetaba a ella ni a su punto de vista.

Luego notó algo interesante: su primera estrategia fue retirarse y dejar que John lo hiciera a su manera, pero no porque abrazara la curiosidad y la posibilidad de que John tuviera razón. ¡Oh no! Lo que Shruti esperaba era que el CEO le llamara la atención a John por el mal formato.

No se trata solo de notar lo que haces, sino de ser realmente curioso y honesto acerca de tus motivaciones: cómo tus estrategias ayudan a abordar tus historias y sensaciones. De manera silenciosa e indirecta, Shruti intentaba recuperar parte de su autorespeto al preparar un momento de "¡te atrapé!" con John. Al hacerlo, no estaba siendo congruente consigo misma al tomar un enfoque más intencional, como la asertividad para obtener lo que quería o la curiosidad para intentar una forma diferente de hacer las cosas de manera genuina.

En este caso y en otros, ser consciente de lo que está sucediendo es el importante primer paso para elegir un mejor camino.