El fotógrafo como emprendedor: Fernando Aceves, el artista que le tomó una foto a David Bowie en Teotihuacán Todo fotógrafo profesional es también un emprendedor. Este se llama Fernando Aceves, y esta es su historia.
Antes de la luz, antes de la primera fotografía, la curiosidad ya estaba alojada en la mirada de Fernando Aceves. El joven miraba las cámaras fotográficas con fascinación. "Las veía como objetos de precisión", responde cuando le preguntas por sus inicios en ese mundo en el que se escondía su destino.
De adolescente, por esos mismos días en los que considero dedicarse a la arquitectura, la afición de un amigo por la fotografía hizo que Aceves se interese por ella. Era una época que hoy parece olvidada: de película y de papel sensible a la luz, de luz roja y olor a Dektol en el cuarto oscuro de revelado.
"Ahí tuve un contacto mucho más directo (con la fotografía) y eso me motivó a adquirir mi primera cámara en un viaje que hice a Nueva York. Fue una Yashica manual. Debe de haber sido en el 85, 86; tendría yo 20 o 21 años. A partir de ahí siempre hubo una relación estrecha con la fotografía".
Intuyendo que ese es su camino, Fernando decide explorarlo más en forma. No lo entiende en ese momento, pero además de prepararse para ser fotógrafo, el joven también se prepara para emprender: la fotografía está a punto de convertirse en el modo en el que el joven se ganará la vida.
Estudia. Lee. Visita museos y ve mucho cine (porque a Fernando Aceves le fascina el cine) y toma todos los talleres que puede.
"Los talleres siempre fueron fundamentales para mí. Te puedo decir que soy de formación autodidacta y a la fecha sigo metido en un aprendizaje continuo", explica cuando habla sobre el método que siguió para aprender fotografía.
La curiosidad y el viaje iniciático
En esta etapa iniciática, Aceves sueña con ser fotógrafo de guerra, pero su curiosidad y el deseo de mejorar su técnica lo llevan al inesperado campo en el que librará miles de batalla: los escenarios.
"Yo tenía cierto tiempo llegando a los escenarios, fotografiando, me gustaba mucho ese tema de poder fotografiar con luz artificial, una luz baja, algo que estaba ocurriendo frente a mí. Lo hacía de forma desordenada. Iba cuando podía y generaba lo que ahora llamamos contenido".
En esa época —los años 80— México no era la sede de miles de conciertos cada año. Había muchos eventos, pero la CDMX, Monterrey y Guadalajara todavía no eran consideradas paradas obligadas para las grandes bandas.
"Se hacían los shows, pero al final todo mal, ¿no? No había la infraestructura correcta para poder hacer algo de forma organizada".
Aceves ingresa a los eventos con su cámara y se acerca lo más que puede al escenario para hacer sus fotos. A diferencia de los corresponsales de periódicos y revistas con los que se topa, el joven fotógrafo levanta sus imágenes sin prisa, sin saber que cada una de ellas lo acerca más a su destino.
Cuando se da el parteaguas en la industria del entretenimiento en México, Aceves está listo para capturar con su cámara todo lo que está por suceder.
"Hubo algunos intentos por profesionalizar la industria ya en los años 80: la visita de Queen a México, la de artistas como Bon Jovi, Carlos Santana, el propio Rod Stewart en el tristemente célebre concierto en Querétaro. Se hacían los shows, pero al final todo mal, ¿no? No había la infraestructura correcta para poder hacer algo de forma organizada".
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El primer concierto oficial
"El parteaguas se da en el año 91, cuando se empiezan a hacer los eventos de una manera cautelosa, pero ya muy bien organizada. Por alguna razón yo llegué ahí y me mezclé con ese mundo".
En 1991 Fernando Aceves fotografía su primer show de manera oficial: Billy Joel. Con ese evento explotan las posibilidades.
"En ese momento me di cuenta de lo poderosa que podía ser una impresión de algo que por primera vez estaba sucediendo en nuestro país. Creo que ese poder lo ejercí con quien lo tenía que ejercer, con el objeto de abrirme más puertas. De abrirme a algo que podía suceder, porque no estábamos tan seguros de lo que iba a suceder. Todo era experimental y yo no era la excepción".
"Todo era experimental y yo no era la excepción".
Después de Billy Joel, la lista de figuras capturadas por Fernando Aceves es infinita: The Rolling Stones, U2, Paul McCartney, Scorpions, Pink Floyd, Phillip Glass, Fito Páez, Diego el Cigala, Britney Spears, Charlie García, Joaquín Sabina, Shakira, Tom Cruise, Regina Spektor, Ringo Starr, Rosalía, Lisa Gerard, Luis Miguel y Madonna entre muchos, muchos otros. A David Bowie le hace unas inolvidables fotografías en Teotihuacán.
La evolución de la mirada
Casi sin darse cuenta, la cámara de Aceves se convierte en una extensión de nuestros ojos y los artistas y las disqueras empiezan a buscarlo no solo para que los capture sobre el escenario, sino que para que los acompañe en sus giras y viajes.
El fotógrafo se convierte en un documentalista capaz de capturar la esencia de esos seres mágicos y admirados que nos cautivan con su obra.
Pero conforme Aceves se consolida, la tecnología y la industria de la música, evolucionan.
"La industria ha cambiado muchísimo", explica. "Creo que ahora hay un flujo inmenso de shows de todo tipo. Además, la revolución llegó con la fotografía digital. Ahora tenemos otra revolución que es la inteligencia artificial (IA). Yo creo que nadie quiere tomar a la IA en serio, como cuando no queríamos tomar en serio a la fotografía digital. Creo que es complejo vivir dos revoluciones en una sola carrera. Todavía no logro descifrar cómo se va a trabajar bajo los lineamientos de la IA".
La lucha por mantenerse vigente entre tanto cambio, ha sido ardua. Pero Aceves no solo ha logrado sobrevivir, sino que se ha convertido en un referente.
"Sigo trabajando con esa filosofía analógica, de pensar que tengo un rollo. Estoy muy concentrado en las ópticas. Creo que la tecnología me está ofreciendo esa gran posibilidad de aplicar el expertise adquirido a lo largo de tantos años, tantos conciertos. Sigue siendo un acto de curiosidad: quiero ver hasta dónde llega esto…
"Ahora tenemos otra revolución que es la inteligencia artificial (IA). Yo creo que nadie quiere tomar a la IA en serio, como cuando no queríamos tomar en serio a la fotografía digital."
"Los periodos de los fotógrafos suelen ser de unos siete años. Yo lo sigo haciendo. Lo hago como lo hacía antes. Es como si todo este tiempo hubiera sido un paréntesis, aunque evidentemente no lo es. Aprendí muchas cosas, entonces creo que me resulta apasionante trabajar buscando las mismas cosas, pero con un sinfín de herramientas extra que ya tienes. Le encuentras sentido a las cosas. Estoy encontrando respuesta a preguntas que tenía al inicio y que no había manera de obtenerlas porque no tenía las herramientas".
Aceves sigue trabajando. Además de fotografiar a las más grandes figuras del entretenimiento, ha retratado a figuras del jazz, género que le ha permitido explorar otras atmósferas y detalles.
Recientemente publicó Mexicanos en el Cine, un libro de retratos de figuras dedicadas al cine en México. No solo actores, actrices y directores, sino que la gente que está detrás de las producciones y que no suele ser protagonista.
Fernando Aceves, el fotógrafo, el emprendedor, ha tenido que redefinirse sin dejar de ser él, sin dejar atrás ese deseo iniciático de documentar lo que estaba sucediendo sobre un escenario, aunque a la industria actual del entretenimiento pudiera no interesarle.
Al hablar de los retos que un fotógrafo debe de enfrentar como emprendedor, Aceves dice: "Saber que vas caminando solo. Ese es el principal reto. Saber que no hay nadie alrededor. Nadie que te acompañe en esto. Las cosas suceden como resultado de esa tenacidad. De estar ahí. De estar ahí. De estar ahí. Creo que el emprendedor necesita de esa curiosidad de ver hasta a dónde puede llegar".
Y, convencido de que su historia se sigue narrando, agrega: "Y de pensar que lo mejor está por venir".