El poder del arte como herramienta de cambio social en Latinoamérica Descubre cómo el arte participativo y la iniciativa de un colectivo juvenil llamado Pincelazos están transformando comunidades en Colombia.
Por Stiven Cartagena Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
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En Latinoamérica, el arte ha sido utilizado históricamente como una herramienta para abordar problemáticas sociales y políticas. Desde la década de 1960, surgieron movimientos artísticos como el Arte Povera en Italia y el Arte Conceptual en Estados Unidos, que cuestionaban el valor de la obra de arte como objeto de consumo y proponían una nueva forma de entender el arte como una práctica social y política.
Los movimientos artísticos tuvieron un gran impacto en la región, uno de ellos es el Arte Participativo, que busca llevar el arte fuera de los museos y galerías y utilizarlo como una herramienta de transformación social.
Actualmente, en países como México, Brasil y Colombia se utiliza el arte como una manera de expresión y resistencia, especialmente en casos donde se han experimentado conflictos, violencia política y social, así como crisis económicas. El más conocido ha sido el arte callejero, como el graffiti y el muralismo, que se ha convertido en una nueva manera de dar a conocer lo que tienen ciudades como Medellín, Sao Paulo y Ciudad de México para mostrar al mundo.
Pincelazos es un colectivo juvenil que se fundó en 2017 en Medellín, con el objetivo de generar espacios de encuentro ciudadano a través de jornadas de intervención artística en fachadas y muros convencionales.
La iniciativa busca una transformación social a través del arte, con el fin de generar una mayor apropiación del territorio por parte de los habitantes del barrio y la comuna. Los propios residentes del territorio participan en este proceso de transformación, y las jornadas son acompañadas por un proceso integral con la comunidad.
"La intervención social no solo trae beneficios al espacio, sino que también sirve como apropiación del territorio. Encontramos el arte como una excusa para poder aportar al desarrollo cultural y social de las comunidades", dice Manuela Toro, codirectora de Pincelazos.
Entre sus intervenciones, destacan la realizada en el barrio El Poblado, conocido tradicionalmente por imponer un modelo de vivienda vertical que ha generado una postura individualista entre sus habitantes, afirmando que es el barrio "de los más ricos", lo que dificulta la construcción del tejido social y los valores comunitarios.
Colombia es un país que se ha visto envuelto en altos niveles de desigualdad económica y social. Esta desigualdad se ve reflejada en situaciones como la concentración de la riqueza en manos de una pequeña élite, la falta de acceso a oportunidades educativas y laborales para amplias capas de la población y la exclusión social.
En el caso de Medellín, el barrio El Poblado es un ejemplo de esta desigualdad debido a que es uno de los barrios más ricos y exclusivos de la ciudad, con una gran cantidad de viviendas lujosas, tiendas de alta gama, restaurantes y bares de moda, y una infraestructura urbana de primer nivel. No obstante, una de las situaciones que más aqueja a la comunidad es la falta de inversión social que dicen tener en este sector, mostrando poco interés en intervenir con otros sectores sociales.
Por eso, el colectivo se crea con la necesidad de cerrar la brecha social en la comunidad y acabar con las desigualdades. Para ello, trabajan en la promoción de la inclusión social y en la eliminación de barreras y paradigmas que limitan el acceso a oportunidades para todas las personas, independientemente de su origen socioeconómico.
Además, buscan empoderar a los habitantes de la comunidad a través de actividades artísticas y culturales, con el objetivo de fomentar un sentido de pertenencia y crear espacios para el encuentro ciudadano. Todo esto, en última instancia, contribuye a promover la construcción de paz y el fortalecimiento del tejido social.
"Creemos firmemente que la transformación de la ciudad viene de la creencia de la realidad en la que vivimos, vinculando todos los sectores sociales", cuenta Toro.
Una vez al mes, Pincelazos se reúne para tener una experiencia llena de alegría, color y vida. Durante la mañana, con el apoyo de jóvenes voluntarios y habitantes de la comunidad que está siendo intervenida, especialmente niñas y niños, pintan los muros. Allí se crean espacios de encuentro comunitario, participación ciudadana y recreación en donde se desarrollan habilidades artísticas, de creación y de relacionamiento con los demás y el territorio.
El arte como una herramienta para el cambio social
En el pasado, la ciudad de Medellín fue considerada una de las ciudades más peligrosas del mundo debido a la presencia del Cartel de Medellín y la violencia relacionada con el narcotráfico que se vivió en la década de 1980 y principios de la década de 1990. Durante este tiempo, la ciudad experimentó altos niveles de criminalidad, incluyendo secuestros, asesinatos y explosiones de bombas.
No obstante, en las últimas décadas, la ciudad ha experimentado una transformación significativa y ha trabajado arduamente para mejorar su seguridad y reducir los niveles de violencia. La ciudad ha implementado una serie de programas y proyectos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, incluyendo mejoras en la educación, la vivienda, el transporte público y la seguridad ciudadana.
Esta clase de iniciativas demuestran que el arte es una herramienta poderosa para el cambio social y la transformación de comunidades. Por ejemplo, en el caso de Pincelazos han logrado promover la inclusión social, fomentar el sentido de pertenencia y fortalecer el tejido social.
El enfoque en la participación ciudadana y el trabajo colaborativo con la comunidad es un ejemplo a seguir para otros colectivos que buscan generar un impacto positivo en sus comunidades. Con su visión a largo plazo, el colectivo espera seguir creciendo y expandiendo su trabajo en Medellín y así continuar empoderando a jóvenes y comunidades para crear un mundo más justo y equitativo a través del arte y la cultura.
Sin duda, el arte en Latinoamérica ha tenido un rol importante en la construcción de identidades culturales y políticas, y ha sido utilizado como una herramienta para abordar problemáticas sociales y políticas, promover la inclusión social, y fomentar la participación ciudadana.
En este contexto, iniciativas como Pincelazos son un ejemplo de cómo el arte puede ser utilizado como una herramienta para generar espacios de encuentro ciudadano y para transformar positivamente el entorno y la comunidad.
(Sobre el autor: Stiven Cartagena es editor de Geektime en Español).