El costo para desarrollar modelos de IA está alcanzando niveles astronómicos Las empresas han tenido que invertir cientos de millones de dólares en el desarrollo de su tecnología, pero no han hecho lo mismo para garantizar la seguridad.
Por Entrepreneur en Español Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
La inteligencia artificial generativa tuvo sus inicios en 2017, con la publicación del artículo académico Transformer, realizado por científicos de Google.
El entrenamiento de ese modelo tuvo un costo de aproximado de $900,000 dólares, algo que hace siete años parecía excesivo.
Sin embargo, la inversión actual refleja un aumento impresionante en el precio para entrenar los modelos de inteligencia artificial (IA).
Por ejemplo, el desarrollo de Gemini Ultra, el más reciente modelo de Google, ha tenido un costo de alrededor de $191 millones de dólares, según información compartida por Stanford y Epoch AI.
La Universidad de Stanford publicó su informe anual relacionado con la IA en el que muestra estadísticas que indican cómo ha aumentado el costo para entrenar los modelos.
Mientras tanto, Gemini Ultra es el modelo más costoso hasta el momento, pero otras empresas, como OpenAI, también han tenido que aumentar su inversión.
Un ejemplo de esto es el cambio de GPT-3 a GPT-4 que implicó un aumento de €74 millones de euros en gastos.
Por otro lado, empresas como Meta están desarrollando modelos más pequeños y eficientes para tareas específicas, evitando así el uso excesivo de recursos.
Sin embargo, Stanford ha señalado que los modelos son tan potentes como su inversión, lo que implica que para contar con tecnología óptima se necesita gastar mucho más.
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Poca inversión en el desarrollo de modelos seguros
Otro aspecto que aborda la investigación es la preocupación en torno a la falta de mecanismos que garanticen la prevención de que los modelos de IA se vuelvan independientes y peligrosos.
Y es que mientras las empresas han invertido cientos de millones de dólares en el desarrollo de tecnología de este tipo, no han querido realizar el mismo gasto para garantizar la responsabilidad y prevenir el mal uso de sus modelos. Esta falta de atención a la seguridad ética ha resultado en denuncias y acusaciones que han dejado a las compañías en una posición comprometida y cuestionada.
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