Google Green Light pretende disminuir considerablemente el tráfico en las ciudades del mundo usando la inteligencia artificial Utilizando la data recabada por apps como Google Maps y Waze, la IA puede ayudar a gestionar el cambio de luz en los semáforos de una ciudad disminuyendo el tráfico y la emisión de gases de efecto invernadero.
Por Eduardo Scheffler Zawadzki Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
Google y sus sistemas de inteligencia artificial (IA) tienen una nueva misión: optimizar el funcionamiento de los semáforos en las grandes ciudades para mejorar el tráfico en sus calles y avenidas. Esto, además de beneficiar a los automovilistas, tiene un importante impacto medioambiental, al disminuir el tiempo que los motores de los vehículos pasan encendidos y al reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
El nombre del proyecto es Google Green Light y se vale de la data que durante años la empresa ha recabado a través de Google Maps para modelar patrones de tráfico y hacer recomendaciones a los ingenieros urbanos para que puedan optimizar el tráfico en una ciudad.
En la página oficial del proyecto se explica: "Al optimizar cada intersección y coordinar entre las intersecciones adyacentes, podemos crear olas de luces verdes y ayudar a las ciudades a reducir aún más el tráfico de parada y arranque. Green Light ahora está disponible en 70 intersecciones en doces ciudades, cuatro continentes, desde Haifa, Israel hasta Bangalore, India y Hamburgo, Alemania, y en estas intersecciones podemos ahorrar combustible y reducir las emisiones de hasta 30 millones de viajes en automóvil al mes".
¿Cómo funciona Google Green Light?
La clave para que el proyecto funcione está en la operación eficiente de los semáforos (claro, es necesaria también una cultura vial de los conductores que deben de respetar lo que la luz del semáforo les indica). Para ello Google Maps recopila y analiza los datos en tiempo real de los viajes de los vehículos, incluyendo su velocidad, la densidad del tráfico de la avenida en la que se encuentran, así como las condiciones meteorológicas.
Después la IA utiliza esos datos para calcular el tiempo que un vehículo tardará en pasar una intersección determinada y los cruza con la información que le arrojan los sensores de los semáforos y que le indican si este está en luz verde, amarilla o roja. Con todos los datos la inteligencia artificial gestiona el cambio de luz y busca optimizar el tráfico en las diversas intersecciones o cruces de una ciudad.
Lo mejor es que la tecnología funciona con los semáforos ya existentes en la mayoría de las ciudades, lo que hace que su implementación sea sencilla.
En una fase piloto, Google Green Light ha optimizado los semáforos en algunas intersecciones de doce diferentes ciudades en cuatro continentes.
Green Light de Google es una muestra de la manera en que la inteligencia artificial puede contribuir a resolver algunos de los problemas a los que como especie nos enfrentamos.
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