¿Alguien está utilizando tácticas de control contigo? Esto es lo que necesitas saber y cómo recuperar el terreno equitativo A veces, puede ser difícil entender las intenciones de una persona, sobre todo si acabas de conocerla.
Por Amanda Breen Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
Key Takeaways
- Las tácticas de control discretas en la conversación pueden desconcertar al destinatario y darle ventaja a otra persona.
- Tania Luna, emprendedora en serie e investigadora, revela los beneficios de un enfoque de "poder con" en lugar de "poder sobre".
Los desequilibrios de poder están en todas partes y pueden manifestarse de formas sutiles, incluso durante interacciones simples e iniciales. ¿Alguna vez alguien te ha dicho "es un placer verte" en una primera reunión y luego ha repetido tu nombre hasta el cansancio? La persona podría estar intentando establecer una relación o simplemente podría estar utilizando tácticas que ha recogido en libros sobre liderazgo.
Es cierto que algunos consejos de liderazgo pueden ser útiles (a la mayoría de las personas les gusta el contacto visual y una sonrisa). Sin embargo, también pueden ser superficiales, antinaturales y, en última instancia, perjudiciales, como la frecuente sugerencia de aumentar el volumen de tu voz para parecer más autoritario. Según McKinsey & Company, parte del problema es que los libros de gestión y los comentarios suelen simplificar en exceso y rara vez ofrecen orientación útil sobre las habilidades y el comportamiento necesarios para lograr resultados.
Los movimientos de poder sutiles, ya sean improvisados o calculados, tienen el potencial de desconcertar a su destinatario, dándole a la persona que los utiliza la ventaja. A veces, puede ser un desafío determinar las intenciones de otra persona, especialmente si no la conoces bien. Pero cuando se trata de desequilibrios de poder, el impacto podría ser más importante que la intención: si sientes que tu poder se está desvaneciendo, es probable que así sea.
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Estos desequilibrios de poder se encuentran en la raíz de los problemas laborales (y sociales) de hoy en día, lo que da como resultado líderes agotados y empleados desconectados, según la empresaria en serie e investigadora de psicología Tania Luna. En su libro reciente LEAD TOGETHER: Stop Squirreling Away Power And Build A Better Team, Luna analiza los peligros de un enfoque de "poder sobre" y fomenta en su lugar una estrategia de "poder con".
¿Cuál es la diferencia? Según Luna, el paradigma de poder sobre utiliza el poder para controlar a los demás, mientras que el método de poder con se refiere a utilizar el poder que tenemos para hacerlo crecer en los demás. "Depende de hacer crecer el poder individual y asegurarse de que el poder nunca esté demasiado concentrado en una persona o grupo", explica Luna. "Solo compartiendo el poder de esta manera podemos aumentar nuestra capacidad colectiva para lograr cosas y desarrollar la resiliencia que necesitamos para prosperar incluso en los momentos más impredecibles y difíciles".
Luna explica que señalamos constantemente nuestro poder relativo en las conversaciones y vale la pena considerar las pequeñas y sutiles formas en que podemos cerrar las brechas de poder existentes.
Luna sugiere hacer preguntas genuinas, pasar más tiempo escuchando que hablando, burlarnos de nosotros mismos, usar lenguaje atenuante ("creo", "me pregunto"), hablar de nuestros errores y defectos, nombrar nuestras emociones, revelar información personal e invitar a las personas a unirse a nuestras conversaciones. "La investigación lingüística también muestra que las personas pueden reducir su percepción de poder al comenzar las frases con pronombres 'yo'", dice. "Por ejemplo, 'Yo estoy feliz de ayudar' nos parece más cálido que 'feliz de ayudar'".
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Definitivamente también hay "una relación" entre las tácticas de conversación sutiles y los modelos de poder sobre y poder con, dice Luna. ¿Puedes identificar desde la distancia quién tiene más o menos poder? No resulta difícil hacerlo en una cultura de poder sobre, porque alguien probablemente está hablando más, ocupando más espacio físico y pasando menos tiempo mirando a los demás, explica.
"En una cultura de poder con, es imposible saber quién está a cargo", explica Luna. "Los miembros del grupo tienen el mismo tiempo de conversación, supervisan la participación para involucrar a los otros en la conversación, tienen un lenguaje corporal relajado y prestan atención cuidadosa a los demás. Es hermoso ver a un grupo comprometido en una conversación de poder con".