Acéptalo: hay empresas que te pudiste haber saltado Cuando consideramos unirnos a una empresa, no solo debemos tener en cuenta la compensación salarial y las prestaciones. Es crucial definir si su cultura y valores están alineados con nuestros propósitos.
Por Sebastián Medrano Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
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Hace algún tiempo trabajé para una empresa y en retrospectiva, cada vez que alguien me pregunta cómo fue mi experiencia ahí, la respuesta es: "pude habérmela saltado". Y no es porque haya sido una mala experiencia, sino que en términos profesionales no me aportó, no empataba con mis valores como persona, no me permitió hacer un plan de carrera y no me dio oportunidades profesionales.
Cuando consideramos unirnos a una empresa, no solo debemos tener en cuenta la compensación salarial, las prestaciones, el horario, su ubicación y el nivel de responsabilidad del puesto, también es muy importante evaluar su cultura, sus valores y definir si estos se alinean con nuestras expectativas y propósitos.
Es prácticamente imposible hacer carrera en una empresa donde la misma estructura está diseñada para limitar los ascensos, o no hay espacio para la innovación, o se maneja bajo mucha burocracia, o sus valores chocan con los tuyos, porque inevitablemente te vas a darás de que estás en el lugar equivocado.
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Lo importante aquí es detectar todas esas banderas rojas a tiempo para evitar decir: "puede habérmela saltado". Los siguientes son algunos puntos que te ayudarán a saber si puedes ir pensando en buscar otro empleo:
- ¿Los valores de la empresa se alinean con mis valores?
- ¿Veo oportunidades de crecimiento dentro de la compañía?
- ¿Tengo dudas sobre mi decisión de trabajar en esta empresa?
- ¿La empresa se está desempeñando bien en el mercado?
Si la respuesta a más de una de estas preguntas es no, es posible que estés considerando entrar a la empresa equivocada, o peor, que ya estés en la empresa equivocada y no te habías dado cuenta.
Pero, ¿por qué es esto un problema? Porque estarías dedicando tiempo y esfuerzo a un lugar que no te va a aportar nada y que al final del día será casi un suicidio profesional.
Normaliza decir que no
Una circunstancia similar sucede cuando te toman en cuenta para un ascenso… Sin aumento salarial.
En América Latina a las personas les cuesta trabajo decir no y esto muchas veces las lleva a tomar trabajos que las convencen. En gran parte esto se debe a que como latinoamericanos solemos decir sí a "oportunidades" que no lo son tanto.
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Tomar más responsabilidades como hacerse cargo de más labores, tener a cargo a un mayor número de personas, implica una mayor dedicación, quizá más horas laborales, pero si no hay beneficio ya sea salarial, de aprendizaje o que sirva como un camino intermedio para un ascenso, es momento de normalizar el "no"; porque al final del día, un trabajo es un intercambio en donde el trabajador da su tiempo y conocimiento a cambio de algo, pero no si no recibe nada, entonces ese intercambio no existe.
Estar en empresas internacionales y trabajar con personas de otros países me ayudó a entender esto y a saber elegir las oportunidades reales y saber decir no, también se trata de negociación.
Encontrar el lugar adecuado puede ser la clave no solo para sobrevivir en el trabajo, sino también para crecer como profesionistas.
Por otro lado, puede haber situaciones en las que asumir más responsabilidades sin un aumento de sueldo tenga sentido a corto plazo, es necesario asegurarse de que la empresa ponga sobre la mesa un plan claro para tu crecimiento profesional. Aceptar o no este tipo de ofertas depende también de qué tanto se alinea lo que la empresa ofrece con el plan de carrera que buscas y con tu proyecto de vida.
Por ejemplo, si tienes hijos y quieres dedicarles más tiempo, obviamente buscarás un trabajo que te permita horarios flexibles o jornadas cortas, aunque eso signifique sacrificar el salario. ¿Qué es lo que te importa más, tener tiempo o tener dinero? Ahí ya sabes qué está en juego y tú eliges lo que es mejor para ti en determinado momento.
No deberíamos subestimar la importancia de trabajar en un entorno que aprecie nuestras habilidades, integridad y bienestar. Encontrar el lugar adecuado puede ser la clave no solo para sobrevivir en el trabajo, sino también para crecer como profesionistas.
Finalmente, recuerda que una empresa no es una familia. Es un equipo en donde cada uno debe entender su papel y contribución, donde todo intercambio es una negociación. Entre más rápido y mejor entendamos esta premisa podremos establecer relaciones laborales más saludables donde todos ganemos.
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