Bill Gates solía volar en clase turista todo el tiempo a pesar de poder permitirse la primera clase, por una razón sorprendentemente fácil de entender ¿Por qué elegiría uno de los hombres más ricos del mundo un asiento barato? No era porque no pudiera pagar la comodidad adicional.
Por Marc Randolph Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
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Durante muchos años, Bill Gates solía volar en clase económica. No porque no pudiera permitirse la primera clase, sino porque no consideraba que valiera la pena. Es cinco o seis veces más caro, pero apenas un poco mejor (y todos llegan a su destino al mismo tiempo).
En el mismo sentido, en este momento yo podría permitirme un coche realmente lujoso, pero nunca he sido un entusiasta de los autos y no necesito un Lamborghini o un Maserati (que ni siquiera puedo escribir bien sin usar el corrector ortográfico). Un Volvo familiar cumple perfectamente su función, y no valoraría la diferencia. Del mismo modo, no necesito gastar $1,000 dólares en una botella de vino para la cena, ya que sé que obtendré la misma satisfacción de una botella de $35 dólares.
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Entonces, al final ¿para qué sirve la riqueza? Además de proporcionar seguridad, también brinda flexibilidad. Después de todas las experiencias que he tenido al cofundar Netflix e invertir en muchas grandes empresas, lo más importante que he aprendido sobre el dinero es que una vez que tienes suficiente (según la definición anterior), puedes optar por tener menos a cambio de elegir cómo gastar tu tiempo. Y gastar tu tiempo haciendo algo significativo para ti... eso vale mucho más que un Maserati.
Lee más del cofundador de Netflix y primer CEO, Marc Randolph, en marcrandolph.com y echa un vistazo a su libro "Eso nunca funcionará" y su podcast (en inglés) del mismo nombre.