Cómo no dejar que el síndrome del impostor sabotee tu valor Necesita saber qué hacer cuando este visitante no deseado ataca.
Por Daniel Mangena Editado por Matt Scanlon
Este artículo fue traducido de nuestra edición en inglés.
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales
Ya sea que elijamos complacerlo sustancialmente o no, la sensación de no ser suficiente en nuestra profesión prácticamente todos los emprendedores la han sentido hasta cierto punto. Se arrastra inesperadamente y, de repente, te quedas atascado en la mentalidad sumido en pensamientos como, "No sé cómo llegué aquí ... no sé a dónde me dirijo" y, lo peor de todo, "Me siento como un fraude. ¡¿Qué pasa si alguien me descubre ?! "
Nuestra nueva era de mundo laboral híbrido ha exacerbado esto. Es posible que haya regresado a la oficina recientemente y haya olvidado cómo interactuar con sus compañeros cara a cara. Tal vez podría haber incorporado a un miembro del personal (o usted mismo) desde detrás de una pantalla, o podría haberle resultado difícil lograr el equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida personal y, por lo tanto, sentirse inadecuado como resultado de estar tan extendido finamente.
Si bien todos hemos sido evaluados mentalmente de manera similar durante el último año, es vital recordar que este llamado síndrome del impostor no es, de hecho, un trastorno mental, pero al dejar que se asiente demasiado tiempo, tiene la poder para detenernos en seco, sabotear el valor y la capacidad de invitar al éxito.
¿No es esto lo mismo que sentirse ansioso?
Todos hemos sentido destellos de ansiedad, muy probablemente en el último momento y / o al borde de algo importante. Esa pausa antes de presentar (ya sea en la pantalla o en persona); ese segundo antes de enviar un correo electrónico crítico para la empresa; esa prisa antes de aceptar un ascenso bien merecido. Sentirse nervioso es ser humano (así es como estamos conectados). Pero el Síndrome del impostor va más allá de cualquier sentimiento de mariposas en el estómago: puede ser una voz negativa persistente a la que se entrega sin importar cuánto puedan intentar disuadirlo sus colegas, amigos y familiares.
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¿Cuáles son los síntomas reveladores?
Imagínese la última vez que tuvo éxito o fue elogiado por algo. Sabrá que está experimentando el síndrome del impostor hasta cierto punto si su respuesta cumple alguna de estas casillas:
• "Tuve suerte esa vez".
• "Tenía las conexiones adecuadas".
• "Tuve mucha ayuda con eso".
• "Lo fui inventando sobre la marcha".
• "Solo estaban siendo amables".
• "Si yo puedo hacerlo, casi todos pueden hacerlo".
¿Suena familiar?
Aquellos que experimentan episodios del síndrome se sienten obligados a trabajar más duro para encubrir una percepción de fracaso u otra insuficiencia conjurada. Quizás sienta la necesidad de compensar una falta de inteligencia percibida, o está trabajando día y noche para ser considerado "digno" de su puesto de trabajo. El proceso puede convertirse en uno en el que está tratando perpetuamente de sellar las grietas para no ser visto como un fracaso por cometer un error extraño (e inevitable).
Para mí, el mayor componente del síndrome del impostor era el miedo al fracaso. El miedo a perder me consumía tanto que sentí que mi viaje profesional estaba llegando a su fin. Sin embargo, con el tiempo y con esfuerzo, no solo me encontré ignorando esas voces y eligiendo el éxito, sino que también me encontré viviendo esa decisión. El impostor había abandonado bien y verdaderamente el edificio, y también puede hacerlo por ti.
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Pasos necesarios a seguir
Los pensamientos atormentadores de dudar de uno mismo son bestias complejas y, a menudo, se desencadenan como resultado de múltiples causas, pero hay acciones que pueden ayudar a recuperar el control.
1. Deja de compararte con los demás
Concéntrese en sus propios triunfos (sin importar cuán grandes o pequeños sean) y no en los logros de quienes lo rodean. Siempre habrá alguien mejor (y peor). La única persona que puede controlar en casi cualquier escenario es usted, y solo usted.
2. Separar los sentimientos de los hechos
Cuando ataca el síndrome del impostor, reconocerlo también es recordarse a sí mismo que es solo una ilusión. Si bien de repente puede pensar que no es digno de tener éxito, eso no lo convierte en la verdad. Recuerde su viaje y, lógicamente, rastree los pasos hasta cómo llegó aquí. Respire hondo y reconozca y respete todo lo que ha logrado hasta este momento.
3. Empieza a hablar
Ya sea con amigos, familiares o un terapeuta, expresar sus pensamientos en voz alta puede ayudarlo a darse cuenta de que este síndrome no se basa en la realidad y también es perfectamente normal. Compartir experiencias de esta manera no solo es catártico, sino que puede alentar a otros a salir de su caparazón, en caso de que sientan lo mismo.
4. Reconoce por qué sientes esto
Al final del día, los sentimientos de ilegitimidad se sienten comúnmente entre las personas de alto rendimiento, así que no seas tan duro contigo mismo; el hecho es que los verdaderos impostores nunca experimentarán este sentimiento en absoluto.
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Puede que le lleve días, semanas o meses deshacerse de las dudas reprimidas, pero trate de considerar abordarlo como una experiencia de aprendizaje crucial. Admitir que hay un problema requiere coraje, y actuar en consecuencia con más coraje, aún. Siéntase orgulloso de haberse comprometido con un cambio positivo y celebre los pasos que da para lograrlo.