Este es el sorprendente método que uso para aclarar mis ideas — así es como tú también puedes utilizarlo A través de probar y fracasar en muchas de mis ideas, he aprendido a usar este método comprobado y real para mantenerme enfocado en mis metas y combatir el síndrome del impostor lo más que pueda — solo necesitas tres cosas simples para empezar a usarlo.
Por Sam Saideman Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
Key Takeaways
- Las redes sociales pueden llevarnos al juego de las comparaciones y hacernos sentir como si todo el tiempo fuera necesario hacer más.
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Después de probar y fallar en muchas ideas que intenté gracias a la fachada de las redes sociales, aprendí el poder de un pizarrón blanco para aclarar mis ideas, innovar y resolver problemas.
Hoy es más fácil que nunca sentirse perdido — perdido en el trabajo, perdido en tu vida personal, incluso perdido en tu propósito y misión general como ser humano. Personalmente, yo culpo de esto a las redes sociales. Son la mezcla perfecta para la depresión, la ansiedad y la sensación de no saber qué camino es el correcto para ti.
Un par de horas en el Expreso Zuckerberg (también conocido como Facebook) te alimentarán con los éxitos de otras personas al grado que empezarás a dudar de los tuyos. Un video de un especialista en renovación de casas te hará pensar que necesitas dejar lo que estás haciendo, para empezar a comprar casas y renovarlas tú mismo. Nunca has usado un martillo y no sabes qué significa HVAC, pero si ese video de 30 segundos en Instagram te enseñó algo, es que el momento es ahora...
Perdona mi sarcasmo, pero incluso mientras escribo, recuerdo los ridículos caminos en los que he caído gracias a las redes sociales. Pero esa es otra historia. A través de explorar y fracasar en muchos de estos viajes, he aprendido un método comprobado y real para mantenerme enfocado en mis metas y combatir lo más que pueda la fachada de las redes sociales: el whiteboarding o pizarrón blanco.
Sí, leíste bien. Lo único que necesitas es tiempo estructurado y creativo alejado de todas las demás responsabilidades laborales y de la vida, solo con un pizarrón blanco, un marcador y tus pensamientos. En mis nueve años como dueño de un negocio, he descubierto que el whiteboarding es la herramienta más poderosa para afinar mis ideas, innovar y especializarme. A continuación, te presento las tres reglas más importantes que uso para hacer del whiteboarding algo efectivo.
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1. No se vale borrar
Antes de empezar, saca el borrador de la habitación. Es muy fácil volverse hiper-crítico con lo que estás escribiendo cuando sabes que puedes borrarlo. Al operar bajo la filosofía de que "ninguna idea es una mala idea", he podido descubrir nuevas fuentes de ingresos para mi negocio, he afinado mis metas y más. No borrar nada es una excelente manera de dejar los pensamientos en el pizarrón para seguir desarrollándolos. A veces me doy cuenta de que una idea que anoté rápidamente —que habría borrado en tiempo real— solo necesitaba de algunos ajustes. Esa idea luego se convirtió en un componente importante en el futuro de mi negocio.
2. Establece la duración de las sesiones de "whiteboarding"
Me gusta hacer sesiones de 20 minutos, pero encuentra el lapso que te resulte cómodo. Recuerda, este ejercicio es para ti. Si 20 minutos son demasiado largos, hazlo durante diez. Si 20 minutos son demasiado cortos, hazlo durante 30. Es tu tiempo.
Activa un temporizador y desconéctate de todo lo demás durante el tiempo que decidas. A mí me gusta pararme frente al pizarrón (a veces incluso caminar de un lado a otro) y escribir tanto como mi cerebro y mi mano me permitan. Después de los 20 minutos asignados, me siento y dedico tiempo a leer y profundizar en cada uno de los pensamientos. Muchas veces, es aquí donde puedo expandir un pensamiento simple y convertirlo en algo mucho más desarrollado y detallado. Si siento que llegué a un momento de claridad, tomo una foto del pizarrón, luego borro y desarrollo más esa idea. Si no lo hice, paso más tiempo leyendo y asimilando, luego tomo una foto y vuelvo a mi trabajo. No siempre será una de esas emocionantes cumbres que todos los emprendedores amamos cuando encontramos nuevas ideas, pero el simple acto de hacer esto con frecuencia genera claridad.
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3. Frecuencia
Personalmente, hago estas sesiones de whiteboarding una vez a la semana. He descubierto que es lo suficientemente frecuente para resolver cosas, pero no tanto como para perder tiempo o energía en los mismos pensamientos una y otra vez. Si me siento especialmente perdido esa semana, en lugar de agregar una sesión extra, prefiero anotarlo para trabajarlo en mi próxima sesión de whiteboarding. La rutina lo es todo.
Mucha gente habla sobre el poder del whiteboarding en grupos para la lluvia de ideas creativas. Me parece que también es una manera efectiva de sacar ideas en grupo, pero las sesiones deben ser lo suficientemente estructuradas para no ser una pérdida de tiempo para todos y los grupos deben ser pequeños antes de abrirlos a equipos más grandes.
Cuando mi socio comercial Ian Rodríguez y yo lanzamos Innovo, pasábamos horas detrás de un pizarrón, turnándonos para trabajar en cada pequeño detalle e idea. Esos días fueron extremadamente efectivos para aclarar quiénes éramos y qué era lo que queríamos lograr.
Una vez que tu negocio está en marcha, obviamente no puedes pasar horas todas las semanas haciendo esas sesiones. En mi opinión, la mejor estrategia para avanzar que he encontrado aquí es hacer whiteboarding en solitario, desarrollar algunos pensamientos y opiniones, y luego sumar a tu/s socio/s y equipo para llevarlo al siguiente nivel. Esto te permite tener claridad personal, así como aprovechar las habilidades e ideas de los demás.
Las ideas son buenas, pero la claridad es grandiosa. No temas desafiarte a través del whiteboarding — se ha convertido en mi arma secreta en el emprendimiento.