La calma antes de la (próxima) tormenta: hoy es el momento de arreglar la logística portuaria Por qué los puertos deberían aprovechar la pausa temporal en la cadena de suministro para poner manos a la obra en la digitalización y la automatización de sus operaciones.
Por Alfonso de los Ríos Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
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Todos los indicios apuntan a una ralentización del comercio estadounidense y mundial durante el próximo año. Eso es un claro indicador de que las economías se están resintiendo. Además, la demanda de importaciones de contenedores de ultramar está disminuyendo en Estados Unidos, donde la gente gasta menos en bienes y los minoristas se están llenando de existencias que necesitan vender.
Ni siquiera las fiestas decembrinas provocaron un aumento de las importaciones, porque los minoristas han trajeron sus productos navideños con mucha antelación para el fin de año de 2022.
Entre otros, la Organización Mundial del Comercio (OMC) prevé que esta desaceleración se prolongue en 2023. Predice que el volumen de mercancías sólo crecerá un 1% este año, tres veces menos que en 2022.
¿Por qué siguen teniendo problemas los puertos estadounidenses?
Con la lentitud con la que avanzan las cosas, podría pensarse que por fin se ha acabado el caos en los puertos estadounidenses tras un par de años de sobresaltos, retrasos y escasez bien publicitados. En realidad, los puertos estadounidenses siguen luchando. Recientemente, cuando la congestión ha disminuido en un lado del país, ha sido porque los importadores han reducido sus pérdidas atracando en puertos menos atascados del otro lado del país. Puertos que, en consecuencia, también empiezan a congestionarse.
Los puertos deberían aprender de este efecto globo (cuando al apretar un extremo de un globo sólo se empuja el aire hacia otra parte del mismo). Cualquier puerto con una pausa temporal en la demanda debería aprovechar para arreglar su logística en preparación de la próxima oleada.
Ahora es el momento de invertir fuertemente en tecnología para mejorar la infraestructura que sigue luchando, desde la programación hasta la digitalización y la automatización. La simple matemática nos dice que, a medida que la población y el PIB de Estados Unidos crezcan —aunque no sea este año, sería bastante difícil que el PIB no siguiera creciendo en los próximos diez años—, el comercio seguirá aumentando. Seamos proactivos antes de eso y no cometamos los mismos errores que nos llevaron a la actual crisis de la cadena de suministro.
La digitalización tiene que ponerse al día
El director de marketing del puerto de Los Ángeles describe los puertos norteamericanos como "dos o tres décadas por detrás de lo que han hecho otros puertos del mundo en lo que se refiere a interfaces digitales".
Los puertos deben ofrecer plataformas digitales a todas las partes interesadas, reuniendo los datos necesarios de la cadena de suministro para que transportistas, navieras, transporte ferroviario y otros puedan mover la carga con mayor eficacia. Esos datos incluyen la visibilidad de la carga entrante semanas antes de su llegada. Además, la conexión con los datos públicos de las aduanas estadounidenses permite localizar inmediatamente la ubicación de los contenedores. Los puertos deberían tratar de mejorar los datos en tiempo real sobre tiempos de entrega, capacidad de los camiones y métricas de velocidad.
La digitalización va de la mano de un intercambio eficaz de datos, algo que aún debe lograrse en los puertos estadounidenses. Programas como el gubernamental Freight Logistics Optimization Works (FLOW) pretenden mejorar el intercambio de información entre los nodos de la cadena de suministro para hacer más eficiente el movimiento de mercancías. Los puertos deberían apoyarse en este programa y lanzar sus propias iniciativas internas para digitalizar y compartir datos sobre las condiciones en múltiples puntos de la cadena de suministro.
De este modo, las empresas de logística e importación pueden responder en tiempo real a la información sobre atascos, disponibilidad de camiones y almacenamiento en todos los puertos, lo que les permite tomar las decisiones más eficientes a la hora de elegir dónde colocar su carga, atracar sus buques o enviar a sus conductores.
La logística debe adoptar una mayor automatización
Aunque las partes interesadas de los puertos estadounidenses han rehuido durante mucho tiempo la automatización por temor a que acabara con los puestos de trabajo, hay mucha automatización logística que sigue sin aprovecharse, lo que podría mejorar tanto las condiciones de trabajo como la eficiencia de los puertos.
Sin embargo, algunos puertos de Norteamérica han aprovechado las iniciativas de automatización para reducir los tiempos de espera de los camioneros. El puerto de Virginia es uno de los más automatizados del país y, aunque ha registrado máximos históricos similares en volumen, no ha registrado retrasos comparables a los de otros puertos estadounidenses. Ha impuesto un sistema digital de citas para los camioneros que recogen o descargan contenedores, lo que ha aumentado la eficacia operativa.
El puerto Centerm de Vancouver está enclavado en el centro de la ciudad y tiene poco espacio para expandirse, pero necesita hacer exactamente eso, y ha estado sufriendo graves retrasos (acaba de ser clasificado como el tercer peor puerto del mundo por su rendimiento). El puerto se ha visto obligado a innovar para agilizar la entrada y salida de mercancías; entre otras cosas, ha recurrido a la tecnología para sus compuertas de camiones. El puerto cuenta con un proceso automatizado para autorizar a los camioneros a pasar por el control de seguridad y darles instrucciones para recoger o dejar sus mercancías, todo en una misma puerta. Este sistema escanea las imágenes de las cámaras y las analiza mediante IA, lo que ha permitido reducir el tiempo de procesamiento de 4,5 minutos a 45 segundos.
La congestión y los retrasos en los puertos estadounidenses han sido consecuencia de la desorganización y la falta de preparación con soluciones digitales y automatizadas. A medida que se ralentiza el ritmo maníaco de la pandemia, es el momento de que las empresas de logística y los puertos tomen un respiro y se pongan al día, invirtiendo sus beneficios en tecnologías que les permitan seguir el ritmo de nuestra cadena de suministro en evolución.