Los introvertidos que utilizan esta arma secreta pueden ser más poderosos que los extrovertidos en el lugar de trabajo Frecuentemente, los colegas menos extrovertidos son malentendidos y subestimados, pero su talento para una cosa en particular los prepara para el éxito.

Se estima que los introvertidos representan entre el 25% y el 50% de la población, sin embargo, abundan los conceptos erróneos en torno ellos y a su capacidad en el lugar de trabajo.

Con demasiada frecuencia, la gente asume que los introvertidos no disfrutan estar con otros o que son tímidos y carentes de creatividad, dice Karen Eber, CEO y narradora principal de Eber Leadership Group, lo cual contribuye a subestimar su potencial para hablar y liderar de manera eficaz.

Entrepreneur se sentó con Eber, cuyo libro The Perfect Story: How to Tell Stories that Inform, Influence, and Inspire será lanzado (en inglés) por HarperCollins en octubre, para aprender más sobre por qué los introvertidos son un activo en el mundo corporativo y cómo pueden evitar ser pasados por alto.

En primer lugar, es importante entender que los introvertidos no son antisociales ni reacios a contribuir en las conversaciones; más bien, pueden tener sus mejores ideas cuando se les da la oportunidad de reflexionar antes de responder, pasar tiempo a solas para recargarse o tener tiempo suficiente para prepararse, explica Eber.

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"Mientras que tradicionalmente se recompensaba a los extrovertidos por ser los primeros en hablar y pensar en voz alta, el mundo empresarial está cambiando para reconocer una variedad de formas de trabajar", agrega Eber, "especialmente en entornos híbridos. Ser introvertido no es diferente a preferir escribir con la mano izquierda en lugar de la derecha. Ambas preferencias son válidas, y en última instancia se trata de determinar qué funciona mejor para ti".

"Además, los introvertidos aportan habilidades diferentes a la mesa en comparación con sus contrapartes extrovertidas, como la capacidad de notar detalles y patrones que son fundamentales para lograr el éxito", dice Eber. Su talento para pensar, elaborar y perfeccionar los hace fuertes oradores principales, y su capacidad para hacer las preguntas correctas también puede impulsar a un equipo que está atascado y que no puede avanzar.

"Los introvertidos pueden compartir perspectivas o incluso liderar la reflexión sobre lo que funciona o no en un equipo o proyecto", dice Eber. "Con frecuencia pueden señalar la contribución de cada miembro del equipo e identificar a los héroes desconocidos. Mientras que los extrovertidos pueden hablar primero, los introvertidos ayudan a profundizar la conversación y la dirección. ¿Quieres saber en qué áreas el equipo tarda en tomar decisiones? Pregúntale a un introvertido".

Pero quizás el mayor poder de los introvertidos sea su enfoque en el lenguaje y la narración. La investigación indica que los extrovertidos hablan más palabras al día y a menudo usan términos vagos o abstractos, dice Eber, mientras que los introvertidos son mucho más deliberados en su habla y se centran en un lenguaje preciso.

"Las historias permiten a los introvertidos comunicarse con un mayor impacto", explica Eber. "El acto de contar la historia creará empatía y comprensión en la audiencia e incluso aumentará la confianza. A medida que el oyente se involucra en la historia, forma sus propias conclusiones. Los mensajes llegan de una manera más atractiva y memorable, amplificando la presencia del introvertido. Las historias les permiten usar menos palabras para crear un impacto más grande".

Cuando se trata de pasar desapercibido en el lugar de trabajo, tanto el individuo como el liderazgo desempeñan un papel importante. Según Eber, los líderes deben conocer a sus miembros del equipo y averiguar si son introvertidos, extrovertidos o ambivertidos, y los introvertidos deben abogar por sí mismos y la forma en que trabajan mejor, por ejemplo, solicitando temas de discusión antes de una reunión para que puedan prepararse o destacando sus contribuciones durante reuniones individuales.