¿Qué ganas cuando pierdes? La increíble historia de las 121 derrotas de los White Sox en el baseball La novena ha caído 121 veces y se ha convertido en la peor de la historia. ¿Hay algo que aprender?
Las derrotas duelen y, cuando son sucesivas, duelen aún más.
Lo saben los White Sox de Chicago desde que iniciaron una larguísima temporada en las grandes ligas de baseball con 22 derrotas en sus primeros 25 partidos.
Desde un inicio, el destino del equipo para el 2024 parecía haber sido determinado.
Hacia la mitad de la temporada el equipo atravesó una racha de 21 derrotas consecutivas y se les empezó a etiquetar como el peor equipo en la historia del baseball moderno.
La pregunta constante era si lograría superar el peor récord en la historia de la liga.
En 1962 los Mets de Nueva York (lo confieso, mi amado equipo) perdieron 120 juegos en su primer temporada, implantando una marca que prevalece hasta el día de hoy.
Con el partido del domingo pasado (2 carreras contra 4 ante los Gigantes de San Francisco), los White Sox sufrieron su derrota número 120.
Hoy a la temporada regular le quedan todavía siete días en los que los White Sox disputarán seis partidos, por lo que el pronóstico es que batan la histórica marca de los Mets, convirtiéndose en el equipo con el peor récord en la historia de las temporadas del baseball moderno.
(Ayer, el equipo perdió contra de los Tigres de Detroit, alcanzando las 121 derrotas).
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Los Medias Blancas y el origen de la palabra derrota
La palabra derrota tiene su origen en el latín. Proviene del término defracta, participio del verbo defractara que significa romper o quebrar.
Siguiendo esta lógica, cuando uno está derrotado, está roto o quebrado.
El adjetivo es el indicado para referirse a la tragedia que vive el equipo que hace 19 años, en 2005, ganó la Serie Mundial (también se coronó en 1905 y 1917).
Pero el hecho de estar rotos hoy no define lo que sucederá con ellos en el futuro.
Cierto: la próxima temporada no será sencilla. Es muy posible que los Medias Blancas de Chicago sigan con récord perdedor y que la organización tenga que hacer cambios que costarán trabajo, pero el estar derrotados —rotos— les da la hermosa oportunidad de mirar sus restos esparcidos sobre el campo de juego, revisarlos y redefinir cómo quieren reconstruirse (un término que también proviene de latín y que significa volver a edificar).
Con el dolor de la caída debe de venir también la oportunidad de la redefinición.
A estas alturas sabemos que cuando tenemos temporadas como la de los White Sox (seamos sinceros: ¿quién no las ha tenido?) el primer paso hacia la recuperación viene con el reconocimiento de nuestra realidad.
Lejos de sentir vergüenza por haber caído, aprovechemos la oportunidad que la adversidad nos da para comenzar de nuevo la próxima temporada.
De volver a intentar.
Hank Aaron, legendario jugador de los Cerveceros de Milwaukee y de los Bravos de Atlanta, alguna vez dijo: "El fracaso es parte del éxito. No existe tal cosa como una vida llena de rosas. Pero el fracaso nunca será un obstáculo para el éxito si aprendes de él".
¿Aprender de la peor temporada de la historia?
Claro. Al grado de que dentro de unos años puedas mirar atrás y entenderla con orgullo, como una cicatriz, una herida de guerra que dolió pero que, lejos de aniquilarte, te redefinió.
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