Dejar atrás un hábito: la clave del éxito de Bill Gates El empresario reveló lo que lo llevó a convertirse en uno de los más destacados de la historia.

Bill Gates es ampliamente reconocido como un genio tecnológico, cofundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del mundo.

Sin embargo, su camino hacia el éxito no estuvo libre de obstáculos, algunos de los cuales fueron autoimpuestos. En una charla con el inversionista Warren Buffett, Gates compartió una lucha personal que casi descarrila sus ambiciones durante sus años como estudiante en Harvard: la procrastinación.

En su juventud, Bill Gates tenía un hábito que muchos reconocerían: dejar todo para el último momento.

Aunque común, esta costumbre se convirtió en un obstáculo en su vida académica. Gates admitió que estudiar a última hora le generaba estrés y frustración, afectando su rendimiento y casi truncando sus metas.

A pesar de su capacidad intelectual, este mal hábito lo hizo cuestionar su propio potencial.

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Según NDTV, Gates pronto se dio cuenta en Harvard de que su método de estudio, que consistía en aprender intensamente solo unos días antes de los exámenes, no era sostenible.

La presión de asimilar grandes volúmenes de información en poco tiempo lo llevó a replantearse su enfoque. Decidió entonces eliminar esta costumbre, una elección crucial para su éxito posterior.

El empresario corrigió este hábito y aplicó estas lecciones en su vida profesional.

De acuerdo con CNBC, en una entrevista con estudiantes de la Universidad de Nebraska-Lincoln, Gates reflexionó sobre la importancia de establecer rutinas más equilibradas y planificadas, que le permitieron mantenerse enfocado y evitar la procrastinación.

Finalmente, Bill Gates recomendó métodos como la planificación efectiva del tiempo, la reducción de distracciones y la aplicación de la "regla de los dos minutos" para pequeñas tareas (la regla dice: si una tarea puede hacerse en dos minutos o menos, deberías hacerla de inmediato en lugar de posponerla).

Además, subrayó la importancia de evitar el perfeccionismo y de incorporar descansos regulares.