El éxito de la noche a la mañana como startup es irreal: acepta la incertidumbre y mejor prueba esto El mantra de las startups de "actuar rápido y asumir riesgos" es imprudente. Aquí te digo cómo la paciencia favorecerá el éxito de tu negocio en el futuro.
Por Aytekin Tank Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales
Roma no se construyó en un día.
La paciencia es una virtud.
Amazon comenzó como una librería en un garaje.
Puedes repetir los dichos mil veces, pero el mensaje realmente no cala. Los emprendedores están programados para desear el cambio y el progreso. Por eso, a pesar de las probabilidades, lanzamos negocios y creamos nuevos productos y servicios. Pero, aunque nuestra mente racional nos dice que las cosas buenas toman tiempo, el lado emocional pide a gritos el éxito inmediato. Los fundadores tienen deseos de mercado masivo y sueños de unicornios.
Tiene que ver con la incertidumbre. Para ser paciente en los negocios, debemos aceptar un cierto grado de incertidumbre: una cantidad indeterminada de tiempo durante el cual no hay garantía de nada; cuando estamos trabajando duro, probablemente poniendo todo de nuestra parte, y el retorno de inversión no está claro.
Lancé la primera versión de Jotform en 2006. Tuvieron que pasar casi dos décadas para crecer de uno a 660 empleados; de cero a 25 millones de usuarios en todo el mundo. La paciencia permitió nuestro crecimiento e impulso lento, pero sostenible. Pero ha sido todo un desafío. En un mundo de startups obsesionadas con la velocidad, con frecuencia tuve que recordarme a mí mismo los beneficios fríos y duros de la paciencia estratégica. Si hoy necesitas un recordatorio, he aquí las ventajas de un ritmo más deliberado en el crecimiento empresarial.
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Mantener las riendas a largo plazo
A principios de los años 2000, vivía en Brooklyn Heights. Al amanecer, me dirigía al Starbucks local y trabajaba durante unas horas en mi idea de startup, una empresa de formularios web drag & drop, antes de cumplir con una jornada completa en una oficina en Manhattan. Cuando finalmente lancé una empresa de una persona (yo), tuve que ponerme todos los sombreros: diseño de productos, experiencia de usuario, marketing, servicio al cliente y más. Aprendí a fondo cada aspecto del negocio, hasta que los sombreros empezaron a desgastarme y supe que era hora de hacer crecer el equipo.
¿Cómo supe que era momento de contratar? Cuando me di cuenta de que: A) un especialista en un rol determinado podría hacer el trabajo mejor que yo; y B) teníamos su salario del primer año en el banco. Pero esos primeros días fueron un curso intensivo en cada aspecto del negocio. Entonces no era evidente, pero en retrospectiva, puedo ver que me hizo un emprendedor más fuerte. Cuando llegó el momento de contratar, sabía lo que estaba buscando.
También tenía el control total de nuestra empresa y la visión a largo plazo. Si no hubiera sido un emprendedor autofinanciado, habría estado bajo presión para escalar y responder a los inversionistas. Crecer lentamente me permitió mantenerme fiel a mi visión original: desarrollar productos para facilitar la vida de nuestros usuarios, ya sea un formulario en línea o productos más recientes, como generadores de hojas de cálculo o editores de PDF.
De nuevo, no fue fácil. Tuve que hacer sacrificios, como mudarme de regreso a mi natal Turquía para mantener los costos bajos. Pero a largo plazo, pude mantener el control creativo completo sobre la empresa, razón por la que me convertí en emprendedor.
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Fomentar la creatividad y la colaboración
Los beneficios del liderazgo paciente permean a los equipos, en términos de creatividad y colaboración. David Sluss, profesor de la Escuela de Negocios ESSEC en Francia, realizó una encuesta a casi 600 profesionales y descubrió que cuando los líderes mostraban paciencia (según lo reportaron los empleados), la creatividad y la colaboración autoevaluadas se incrementaron en un promedio del 16%. No solo eso, la productividad aumentó en un 13%.
El estrés puede ser un motivador. La presión en sprints cortos, como los hackathones, puede llevar a ráfagas de creatividad. Pero los líderes obsesionados con los resultados inmediatos la reducen.
El proceso creativo tiene dos tipos de motivadores: extrínsecos e intrínsecos. Como señala Harvard Business Review, el segundo es esencial. Entonces, ¿cómo pueden los líderes cultivar la motivación intrínseca? En Jotform trabajamos en equipos multifuncionales. Cada equipo es una unidad independiente. Ellos establecen sus propios objetivos y plazos. Generan proyectos y soluciones creativas que comparten con los colegas durante los días de demostración semanales. Aunque los motivadores externos acechan de manera inevitable (seguridad laboral, compensación, etc.), permitir que los equipos persigan sus intereses genuinos, gestionen plazos y se desafíen a sí mismos, crea motivación intrínseca.
Para los líderes, la clave es centrarse en lo esencial, desde los KPI hasta los gastos. No alquiles la gran oficina con todos los adornos a menos que sea necesario. Así, les dejas a los miembros del equipo el espacio para que se autogestionen en lo demás.
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Haz que los empleados se sientan escuchados
También hay un argumento sólido a favor de la paciencia a nivel interpersonal. Con esto me refiero a no apresurarse en las interacciones, sino a prestar verdadera atención a las personas con las que trabajas. Requiere esfuerzo. Haciendo eco del sentimiento del discurso de graduación de David Foster Wallace, This Is Water, requiere desactivar tu configuración predeterminada y estar presente para las personas; ponerte en sus zapatos. En mi experiencia, este tipo de atención consciente es contagiosa, incluso en la oficina. Los empleados responden a ella. Salen de las conversaciones sin prisas, sintiéndose escuchados. Se sienten valorados y, como muestran las investigaciones, cuando los empleados se sienten apreciados, los ingresos aumentan.
Cuando se trata de estar presente para las personas, no solo importa el resultado final. El ensayo de Wallace puede cambiar tu forma de vivir mejor cada día. Pero, también es cierto que ralentizarse y escuchar a los miembros del equipo es una forma de paciencia estratégica. Requiere una inversión inicial, pero recordarte tus objetivos finales — crecimiento suave y sostenible — debería servir como motivación cuando tu fuerza de voluntad inevitablemente disminuya.
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