Este acto de valentía cambió por completo mi perspectiva sobre el liderazgo No siempre es fácil hacer lo correcto. He aprendido muchas lecciones valiosas de diversos líderes, pero a veces las mejores enseñanzas provienen de nuestros compañeros. Esto fue lo que hizo una de mis compañeras que me dejó impresionada y las cuatro lecciones que aprendí de esa experiencia.
Por Amy M Chambers
Key Takeaways
- La disposición para decir la verdad, incluso cuando sea difícil hacerlo, crea un ambiente laboral más confiable y seguro.
- Los líderes que priorizan los valores organizacionales y la integridad del equipo sobre el beneficio personal fomentan equipos más fuertes y unidos.
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales
Hace algunos años, mis compañeros y yo estábamos en una videollamada con nuestro jefe. Propuse que tomáramos una decisión según una política existente de recursos humanos. "Amy, no estoy segura de dónde sacaste esa información, pero esa no es la manera en que ni recursos humanos, ni nosotros, vamos a manejar esto", respondió mi jefe de manera apasionada antes de continuar.
Mi compañera lo interrumpió. "Yo le di esa información a Amy", dijo. "Incluso me preguntó si estaba segura de ello porque no le sonaba bien", continuó. "Yo la desinformé por completo, así que por favor, cúlpenme a mí por esto".
Nuestro jefe agradeció a mi compañera por su confesión y la junta siguió. Pero yo quedé tan impactada que pasé el resto de la videollamada pensando en lo que ella había hecho por mí. El tema resultaba frustrante para nuestro jefe y me había desestimado bruscamente, algo poco habitual en él. Para mi compañera debe de haber sido difícil intervenir y desviar la atención hacia ella misma en ese momento, pero tuvo el valor de hacerlo.
Pasaron meses, y nunca lo olvidé. Ese momento me ayudó a confiar más en mi compañera de trabajo. Con frecuencia pensamos que la confianza es algo que toma meses o años construir, pero este acto ocurrió en cuestión de segundos. Me dejó varias enseñanzas.
1. Cuando las personas se sienten seguras, dicen la verdad
He trabajado en varios entornos profesionales, y no todos fueron buenos. En algunas organizaciones, vi cómo las personas eran reprendidas (muchas veces públicamente) por sus errores. En esos lugares, las personas sentían que debían ser perfectas, cosa que representaba una enorme carga. En innumerables ocasiones vi que la gente sentía la necesidad de ocultar o disfrazar la verdad por miedo a meterse en problemas. Eso no era ni inspirador ni motivador.
Aquí, mi compañera sintió suficiente seguridad psicológica como para confesar proactivamente su error. No temía las consecuencias de ser honesta, y creo que eso se debía al tipo de liderazgo que habíamos recibido de nuestro jefe a lo largo de los años. Él tenía el hábito de mostrarse vulnerable y de reconocer sus debilidades. Se disculpaba públicamente por sus propios errores y encontraba formas de demostrar que los fallos no debían evitarse, sino abrazarse como oportunidades de aprendizaje. Todos nos sentíamos libres de ser auténticos con él. Este momento me enseñó que las personas son más honestas cuando se sienten aceptadas y valoradas como individuos. Hacer que otros se sientan así es el principal trabajo de un líder.
Relacionado: ¿Trabajas en una empresa tóxica? Aquí tienes 4 señales, no tan obvias, que deberías vigilar
2. Las personas recuerdan lo que dices, lo que haces y cómo las haces sentir
A Maya Angelou se la atribuye la frase: "Las personas olvidarán lo que dijiste, olvidarán lo que hiciste, pero nunca olvidarán cómo las hiciste sentir". Yo creo que la gente recuerda las tres cosas. Recuerdo haberme sentido apoyada, respetada e inspirada por mi compañera ese día. También recuerdo lo que dijo e hizo. Por eso ahora puedo describirlo tan vívidamente.
Este momento me mostró que lo que decimos y hacemos tiene una gran importancia. Los líderes siempre están en el foco de atención, especialmente cuando lideran grandes equipos o empresas enteras. Nunca sabemos quién nos está observando, pero las personas con frecuencia prestan atención. Quieren ver si nuestras palabras y acciones están alineadas. Recuerdan si cumplimos con nuestros compromisos y si asumimos responsabilidades cuando cometemos errores o simplemente los ocultamos. Si quieres generar confianza, no solo te enfoques en hacer sentir bien a las personas. También presta atención a lo que dices y haces. Alinea tus palabras y acciones con tus valores y creencias.
Relacionado: Si quieres que la gente te siga, deja de ser un jefe: 8 pasos hacia un liderazgo efectivo
3. Los mejores líderes hacen lo correcto para todos, no solo para sí mismos
Los grandes líderes consideran primero a su organización, luego a su equipo, y por último a sí mismos. No abordan las situaciones desde el interés propio o la codicia, sino con un espíritu de trabajo en equipo y comunidad. Ese día, mi compañera arriesgó su propia credibilidad para proteger la mía. Sin duda, le habría resultado más fácil dejar pasar el momento y permitir que otros en la reunión pensaran que yo estaba desinformada y era responsable. Si solo hubiera estado pensando en sí misma, habría permanecido en silencio. En lugar de buscar su comodidad, hizo lo correcto para mí (y para todo el equipo). Modeló valor, respeto e integridad (para todos nosotros). Después de ese momento me sentí más cercana a ella. Su disposición para demostrar estos valores fortaleció a todo el equipo.
4. Los valores importan
¿Qué llevó a mi compañera a hacer lo correcto tan rápidamente? Creo que sus valores personales jugaron un papel importante. Esa situación ocurrió de forma rápida y sin aviso, como suele suceder en la vida. En los momentos más difíciles, es fácil perder el control. Cuando nos ponen a prueba, no siempre tenemos tiempo para detenernos y reflexionar sobre la mejor respuesta. A veces, el momento requiere acción inmediata. He descubierto que quienes están mejor preparados para manejar estas pruebas son aquellos que viven con una brújula moral o un conjunto de valores personales. Mis seis valores principales son responsabilidad, transparencia, integridad, curiosidad, valor y compasión. Como los conozco, es fácil actuar en coherencia con ellos. Ese día, mi compañera demostró integridad, valor y compasión, y creo que sus valores la guiaron para tomar la decisión que tomó. Porque las personas exitosas conocen sus valores fundamentales y los viven, pueden tomar buenas decisiones incluso bajo presión.
Estas lecciones me han servido mucho. He observado que se prueban y utilizan de forma reiterada. Cuando practicas estas cuatro cosas, no solo te conviertes en un mejor líder, sino también en una mejor persona.
Relacionado: Visita el canal de YouTube de Amy Chambers (en inglés) para consultar contenido motivacional