5 consejos para mejorar tu confianza como orador Presentar en público puede ser una experiencia angustiante. Aquí te compartimos cinco consejos clave para ayudarte a aumentar tu confianza.
Por Andres Tovar Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
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Se estima que el 77% de la población experimenta algún nivel de ansiedad al hablar en público. Para algunas personas, esto incluso puede manifestarse como "glosofobia", un tipo de fobia social que está específicamente relacionada con hablar en público.
Independientemente de la gravedad de tu ansiedad al hablar en público, tu falta de confianza puede afectar tus habilidades para presentar. Muchas profesiones demandan hablar en público e incrementar tu confianza puede ser de gran ayuda para mejorar la forma en la que lo haces y cómo te perciben los demás.
Aquí hay cinco consejos para aumentar tu confianza como orador:
1. La práctica hace al maestro
"La práctica hace al maestro" puede sonar a cliché, pero no se puede negar que ensayar tu presentación puede aumentar en gran medida tu confianza. Puedes practicar tu discurso en voz alta en casa o incluso mientras conduces al trabajo para lograr una mayor fluidez.
Por supuesto, el ensayo será aún más efectivo si practicas todos los aspectos de tu presentación, desde cómo usarás los apoyos visuales hasta el lenguaje corporal mientras te paras y hablas. Algunas personas se graban a sí mismas mientras practican para poder identificar expresiones faciales, tono y lenguaje corporal que los hacen parecer nerviosos o poco preparados.
Algunos oradores incluyen anécdotas en sus pláticas porque es contenido único que, de cierto modo, ya han practicado. Primero, vivieron la historia, y luego la han "practicado" repitiéndola en su mente. El uso de anécdotas puede reducir la presión que sienten los oradores en el escenario. Como dice la Dra. Chiagozie Fawole, fundadora de SavvyDocs en una reciente publicación en su blog, "Tú eres el experto en tu historia. Nadie puede discutir sobre un trato que hiciste, una experiencia que tuviste o algo que fue exclusivamente tuyo". Ella sugiere: "Cuenta historias que apoyen el punto que estás tocando. Cuando vinculas un punto con una historia que experimentaste, transmites el mensaje, más personas lo recuerdan y puedes sentirte más relajado cuando cuentas tu experiencia".
Recuerda, si te ves seguro mientras hablas, tu audiencia no notará que estás nervioso. Incluso aspectos relativamente simples del lenguaje corporal, como sonreír o hacer contacto visual con la audiencia, pueden ayudar a transmitir confianza. Asegúrate de practicarlos como parte de tus preparativos.
2. Controla tus nervios
Es perfectamente normal que te sientas nervioso antes de hablar, no importa cuánto hayas practicado. Un cierto nivel de nerviosismo puede ser benéfico, te puede ayudar a verte emocionado y a concentrarte en tu presentación. Pero si dejas que tus nervios se apoderen de ti, puedes terminar perdiendo el control y teniendo dificultades para transmitir tu mensaje.
Antes de tu discurso, realiza ejercicios de respiración o cualquier otro que te ayude a concentrarte y a enfocarte para reducir la tensión nerviosa. Hacer ejercicio físico más temprano ese día también puede ayudarte a reducir el estrés al liberar endorfinas y mejorar tu estado de ánimo.
El día de tu presentación cuida lo que tomas y comes, el alcohol, la cafeína, las bebidas azucaradas y los alimentos procesados contienen sustancias que pueden aumentar tu estrés y ansiedad. Por otro lado, los alimentos con ácidos grasos omega-3, vitamina A, vitamina C, magnesio y otros nutrientes pueden reducirlo.
3. Haz una pausa y habla despacio
El nerviosismo y la ansiedad hacen que las personas hablen demasiado rápido, lo que hace que su discurso dure menos. Si bien hablar rápidamente puede ayudarte a "terminar" antes, puede ser a expensas de lograr una presentación verdaderamente efectiva.
Si estás nervioso, trata de hablar más despacio, incluso si sientes que estás hablando demasiado lento, será una mejor experiencia para tu público. Una forma de manejar los nervios y mantener una buena velocidad al hablar es hacer pausas y respirar en puntos estratégicos de tu presentación. Respirar profundamente te ayuda a reiniciarte mentalmente y concentrarte.
Las pausas al final de los puntos clave de tu presentación o después de hacer una pregunta le darán a tu audiencia tiempo para reflexionar sobre lo que has dicho. Esto también puede ayudarte a dejar el hábito de usar "muletillas" como "mmm" o "ah" que a menudo decimos cuando estamos nerviosos.
4. Enfócate en lo positivo
Después de tu presentación debes hacer una autorreflexión, si bien es probable que hayas cometido errores, no deberías enfocarte en eso ya que podría hacer que pierdas la confianza, poniéndote aún más nervioso la próxima vez que necesites hablar en público. En lugar de eso, trata de reconocer y concentrarte en tus aciertos, escribe una lista de lo que salió bien durante tu presentación, si alguien te hace un cumplido, toma nota de eso también. Hacer una lista de los aspectos positivos, y al mismo tiempo reflexionar sobre lo que puedes hacer mejor la próxima ocasión, te permitirá prepararte mucho mejor para la siguiente vez que tengas que hablar en público.
5. No tengas miedo de pedir ayuda profesional
La glosofobia es una fobia social grave que puede causar problemas en el trabajo u otros entornos, incluso dando lugar a síntomas físicos como dificultad para respirar o náuseas. Para las personas con niveles severos de esta fobia, puede ser necesario pedir ayuda profesional.
Esta fobia a menudo se aborda a través de la terapia cognitiva conductual (TCC), a veces junto con medicamentos. La TCC se centra en el diálogo interno positivo y en confrontar tu miedo en un ambiente seguro con la ayuda de un profesional certificado. La participación en grupos de discusión también puede proporcionar un espacio seguro para mejorar tus habilidades y superar tus miedos.