Este sabio consejo de Jim Carrey en un discurso de graduación te enseñará a enfrentar el miedo como emprendedor El miedo es una herramienta. Aquí te explicamos cómo usarla.
Por Aytekin Tank Editado por Eduardo Scheffler Zawadzki
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El comediante y actor, Jim Carrey, podría no parecer un experto en enfrentar los miedos como emprendedor, sobre todo porque muchos de nosotros asociamos su experiencia corporativa al hecho de haber perdido una pelea en contra de un bolígrafo en la película de 1997, Mentiroso, mentiroso (Liar, Liar). Pero en 2014, pronunció un discurso de graduación en la Universidad Internacional Maharishi de Iowa con algunas palabras sorprendentemente sabias.
"Muchos de nosotros elegimos nuestro camino por miedo disfrazado de practicidad", dijo. "Lo que realmente queremos parece imposiblemente fuera de (nuestro) alcance y ridículo de esperar". Pero el miedo, dice, no tiene tanto que ver con la practicidad como con centrarse en los peores escenarios. Y sigue:
"Mi padre podría haber sido un gran comediante, pero no creía que eso fuera posible para él. Y así tomó una decisión conservadora y consiguió un trabajo seguro como contador. Y cuando tenía doce años en el puesto, lo despidieron de ese trabajo seguro y nuestra familia tuvo que hacer todo lo posible para sobrevivir. Aprendí muchas grandes lecciones de mi padre, una de ellas fue que puedes fallar en lo que no quieres, así que también podrías arriesgarte a hacer lo que amas".
Ser emprendedor implica correr riesgos. Pero los riesgos habituales se han magnificado en los últimos años dada la incertidumbre de la economía a raíz del COVID, los nuevos desafíos de administrar equipos remotos o híbridos, e incluso los disturbios y conflictos en el extranjero. He aquí cómo seguir avanzando, incluso en estos tiempos difíciles.
No hacer nada sigue siendo hacer algo
Puede parecer que quedarte quieto te protegerá de alguna manera, como un ciervo que se congela al escuchar pasos humanos. Pero como señala Sabina Nawaz de Harvard Business Review, "no tomar una decisión es, en sí mismo, una elección".
En lugar de tratar de rehuir a la toma de decisiones, Nawaz sugiere comenzar poco a poco. "En lugar de ignorar las solicitudes para tomar una decisión, asignar recursos o lanzar un proyecto, identifica el siguiente paso para ponerte en movimiento. Por ejemplo, puedes encuestar a media docena de clientes sobre cómo usan tu producto para entender mejor el camino a seguir", escribe.
Los cambios, ya sea dentro de tu negocio o de la economía en general, ocurrirán con o sin tu consentimiento. Confía en ti mismo para tomar decisiones con seguridad y haz lo mejor con los recursos que tienes. Recuérdate a ti mismo todos los obstáculos que has superado y los desafíos que has tenido que enfrentar para llegar a donde estás. ¿Qué herramientas utilizaste en esos momentos? ¿Qué habilidades desarrollaste como resultado? Recuerda esos momentos y recuerda que eres más resistente de lo que piensas.
Silencia el ruido
En 2020, caí en una trampa que nos consumió a muchos de nosotros: el doomscrolling (el consumo obsesivo de información negativa). El asalto constante de malas noticias y estadísticas aterradoras afectó mi salud mental y descubrí que mi sueño y mi apetito estaban fuera de control.
Cuando tenemos miedo de algo, a menudo es más fácil ceder a las distracciones o, peor aún, validar esos miedos con información que encontramos en línea. Pero la espiral no arregla aquello a lo que le tememos; de hecho, lo empeora.
En lugar de buscar evidencia para apoyar tus temores, disminuye el ruido y concéntrate en tus preocupaciones reales. Nawaz sugiere nombrar a la "némesis percibida que estás evitando" y luego crear una hoja de cálculo con tres columnas: el peor escenario, la situación actual y el resultado ideal. Anota lo que tendría que suceder para que ocurra cada posibilidad. Trazar la ruta hacia estos resultados puede ayudarte a descubrir que el peor de los casos realmente no es tan malo, o se puede evitar con un cambio de dirección.
Al mismo tiempo, también es útil limitar la cantidad de negatividad a la que te estás sometiendo. Después de que comencé a restringir mi consumo de noticias a solo 15 o 20 minutos por día, me sentí menos ansioso y más capaz de dirigir mi empresa con una mente clara.
Ponte en contacto con tus emociones
Ser emprendedor requiere un alto grado de inteligencia emocional, y parte de eso implica comprender el modo en que tus sentimientos influyen en tu comportamiento. Por ejemplo, si todo lo que haces de repente parece terrible, da un paso atrás. ¿Es realmente tan terrible? ¿En verdad todo va a salir mal? ¿O se trata más de tu mentalidad y menos de la realidad?
La buena noticia es que la autoconciencia emocional se puede aprender. Un método que he encontrado útil es practicar la atención plena (mindfullness). Cuando siento que la ansiedad nubla mi juicio, me gusta usar un método llamado RAIN, del que habla la maestra de meditación Tara Brach en su libro Aceptación radical (Radical Compassion):
Reconoce el miedo cuando surja. ¿Está relacionado con el trabajo o con el hogar?
Permite que coexista dentro de ti. En lugar de tratar de arreglarlo, controlarlo o juzgarlo, siéntate con el miedo.
Investiga. Concéntrate en tu cuerpo y trata de identificar el origen del miedo.
Nutre el sentimiento. "Puedes poner tu mano en tu corazón y ofrecer un mensaje amable o tranquilizador para ti mismo", aconseja Back. "Puedes decirle al miedo: 'Gracias por tratar de protegerme; está bien'".
El impulso de ser renuente al riesgo tiene sentido. Como señala Brach, el miedo es la forma en que tu mente trata de protegerte. Pero para la mayoría de nosotros en la era moderna, el miedo es más existencial de lo que era cuando nuestros cerebros evolucionaron. En algunos casos, el miedo es algo bueno: nos mantiene alerta; puede motivarnos a hacer nuestro mejor trabajo. La clave es aprender a usarlo a tu favor, en lugar de paralizarte.