No hay lugar como el hogar Cuatro formas de evitar que el trabajo y el no trabajo se vean borrosos.
Por Jo Ann Fore Editado por Heather Wilkerson
Este artículo fue traducido de nuestra edición en inglés.
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Tiendo a asfixiarme con una correa corta. Mi inclinación empresarial no me permite ser microgestionado mucho.
Es una de las razones por las que sobresalí en una empresa en mis primeros años. En mi primera semana de formación, mi nuevo jefe me dijo que no le importaba si llamaba al informe diario desde mi barco siempre que cumpliera con su cuota. Pasé mucho tiempo ese año en las listas de éxitos más importantes de la compañía. Y en el lago.
Solo con una estrategia sólida y la libertad para ejecutarla, tiendo a brillar.
Si bien tener ese grado de autonomía no siempre es práctico o incluso necesario para el éxito, tener margen sí lo es. Esa delgada frontera entre numerosos proyectos y el tiempo y los recursos disponibles puede determinar la diferencia entre trabajar desde un lugar de descanso o llevar un estilo de vida apresurado y poco saludable.
Según CBS News , los márgenes saludables entre el trabajo y el no trabajo han desaparecido para muchos que han tenido que pasar a trabajar desde casa este año. "Ellos [los estadounidenses] están trabajando más horas, descansan menos y, a veces, incluso se están quemando a medida que desaparece la frontera entre el trabajo y el hogar".
Como emprendedor, durante mucho tiempo he hecho malabarismos con el trabajo y la vida hogareña. Disfruto de la flexibilidad de poder mimar simultáneamente a un niño enfermo a mi izquierda mientras participo en una llamada de Zoom a mi derecha. Pero admito que los proyectos que requieren trabajar en equipo con otros a veces han tomado más tiempo debido al mismo entorno.
Cuando deshacerse de las horas de oficina trae una carga más pesada de la que uno puede llevar, es hora de poner algunas salvaguardias en torno a nuestra salud mental. Los cambios no tienen por qué ser necesariamente drásticos, pero es posible que tengamos que luchar por ellos.
Si el peso de navegar por varios roles desde casa trae más fatiga que libertad, aquí hay cuatro pequeñas inversiones que podrían convertir su sobrecarga en una reserva de margen más saludable.
1. Maneje sus expectativas
Dejándome solo, soy bastante malo para estimar el tiempo. Probablemente haya algo psicológico detrás de todo esto (falacia de planificación, sesgo de optimismo), pero la pura verdad es que tiendo a sobrestimar hasta dónde puedo llegar y cuánto puedo hacer en un día. Estas expectativas no satisfechas crean un estrés predecible que fomenta la duda y la decepción.
¿Pero los días que opero desde expectativas realistas y gestionadas? Son días de máxima productividad. No hay nada como la mega dosis de dopamina que proviene de marcar con éxito todo en mi lista para aumentar mi impulso hacia un logro aún mayor.
Comprenda sus límites y cree límites a su alrededor. ¿De qué puedes hacer menos? ¿Qué puedes delegar en otra persona? Y lo que simplemente ya no importa: adelante, deshazte de eso por completo.
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2. Determine el éxito de antemano
Es difícil dar en el blanco si tu objetivo está oculto. Tenga una visión clara de adónde quiere ir. Determina, de antemano, qué es una victoria para ti. En el trabajo. En casa. En tus relaciones. Y no olvide su bienestar personal.
¿Qué determina el éxito en estas áreas clave? Estas respuestas bien pensadas deberían convertirse en sus no negociables en la vida.
Alinee todo en la vida debajo de estos marcadores de éxito y cúmplalo. Permita que estas prioridades personales lo guíen a través del tipo de decisiones llenas de presión que evolucionan a partir de una cultura que tiende a venerar tanto la disponibilidad como la velocidad.
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3. Sea consciente de la transición entre el trabajo y el hogar
Si no eres fanático del trabajo que se desborda en todas las áreas de tu vida, considera un ritual de transición que señale el final del trabajo. Una transición, algo físico que te ayude a cambiar intencionalmente de marcha, prepara a tu cerebro para un cambio de la forma en que ha estado pensando todo el día.
Establece una rutina. Vístase para el trabajo, de modo que cuando termine el trabajo pueda cambiarse de atuendo. Cree un espacio dedicado en su hogar que le permita concentrarse. Idealmente, un lugar del que pueda alejarse cuando termine el día. Planifique algo con los niños para el final del día. Prometo que pueden ayudarlo a pasar del trabajo al hogar.
Las tensiones apremiantes de la rumia frecuente y la resolución de problemas exigen una pausa. Un enfoque constante en el trabajo puede provocar estrés crónico. ¡Dale un respiro a tu cerebro! Para recargarse y estar listo para nuevas ideas, el cerebro tiene que desconectarse durante períodos regulares de descanso.
4. Respeta al resto
Un espacio libre de distracciones es maravillosamente simplista. Hay un margen no reclamado en nuestras vidas, uno en el que nada compite por la atención. Necesitamos pasar más tiempo en este lugar tranquilo para que las cosas importantes se destaquen.
El descanso no va a suceder sin esfuerzo, pero vale la pena luchar.
Aprenda a hacer el tipo de cosas en casa que le hacen querer ignorar todas las notificaciones electrónicas. Ponte en el calendario. Programe tiempo para el cuidado personal y las relaciones importantes como lo haría con sus citas de trabajo.
En ambientes saludables, el hogar es un lugar sagrado. Un lugar feliz donde pueden suceder cosas hermosas. Se vive la vida y se hacen los recuerdos. Nos sentimos protegidos. Sin control. Libres para tomar riesgos y ofrecer opiniones y perseguir nuestros éxitos. Por eso, en un mundo de pivotes forzados últimamente, es importante garantizar que siga siendo nuestro espacio seguro. Evalúe y aborde cualquier sentimiento de abrumador que pueda hacer que se sienta de otra manera.